Intereses por desinterés

Comí ayer con un abogado y cuando disfrutábamos de amena sobremesa, no exenta de algún exceso, salió a la luz algo que me cortó la digestión. Se trata de un abogado que con frecuencia lleva casos de delitos económicos (sanciones, multas por inspecciones fiscales, etc.). Al hilo de un comentario sobre lo mal que funcionan los Juzgados -y por extensión, me van a perdonar, la Justicia-, me contó cómo el Tribunal Económico-Administrativo aguanta años y años sentencias en firme.

Me cogió a contrapie que me explicara que él personalmente ya ha visto la resolución de un caso por una errónea inspección de IVA a una empresa -lo hizo a primeros de año- y aún no se ha ratificado esa sentencia. ¿La razón? Un 'elemento', querido funcionario de los Juzgados, no estampa su firma. ¿Cuál es el problema? Que como se ha fallado a favor de la empresa, los intereses -también a su favor- siguen sumando sobre un total de 3 millones de euros.

El problema se agrava porque hay sentencias mucho más golosas: es el caso de una causa contra Telefónica, por varias decenas de millones de euros, que ganó la operadora... aún no se ha ratificado la sentencia a pesar de existir resolución... y los intereses siguen sumando desde la década de los 90 (1996). Como lo oyen. No me extraña que el financiero de Telefónica se frote las manos.

¿Por qué no se recortan gastos por esta vía? ¿Por qué estas cosas nunca nos llegan a los ciudadanos, que sólo padecemos subidas de IVA? Si la causa -que aparentemente no lo es- de esa inoperancia es la falta de medios, en lugar de volcarse en destinar recursos a la recaudación de impuestos -veáse el despliegue de dispositivos con que se ha dotado a la Guardia Civil para que paguemos multas en el momento- deberían hacerlo para recortar gastos-. Más aún en el caso de la Justicia, donde aún nadie ha querido meter mano como es debido, tan solo flirtean con oficinas judiciales.
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