Las gallinas y los bajos instintos

"¿Sabíais que una manera de calmar el apetitito sexual masculino es practicar el coito con animales? Y luego está el problema del coito con pollos y gallinas. Hay que preguntarse si un hombre que ha copulado con un pollo o una gallina puede comérselos después. Nuestro caudillo nos ha traído la respuesta: no, ni él ni su familia inmedita, ni sus vecinos colindantes, pueden comer la carne de ese pollo o esa gallina, pero sí puede un vecino que viva a dos puertas de distancia".

Extracto de 'Leer Lolita en Teherán', de Azar Nafisi, en el que se hace referencia a 'Los principios políticos, filosóficos, sociales y religiosos del ayatolá Jomeini'.
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