Desde que arrancara esta
Sea como fuere, el BCE gana dinero con la situación, -ya saben, saca tajada del asunto-, y sólo con la deuda que compró a los países que más asfixiados estaban ha ganado 1.100 millones de euros. Dicho de otro modo, que el dinero público, que es de lo que hablamos cuando nos referimos al BCE, generó un beneficio de más de mil millones de euros cuyo destino ahora volverá a estar sometido al dictado del Bundesbank.
De todos los ingresos del BCE, la mitad vienen sólo de los intereses que genera la deuda griega, mientras el país heleno se desangra. En el caso español, el BCE compró 44.000 millones en bonos, lejos de los 100.000 millones italiano. Revisando estas cifras de negocio, si el BCE superó el millar de euros, piense cuánto habrán ganado nuestros propios bancos a los que el BCE prestó dinero al 1% de interés para que éstos compraran con ese dinero público deudas soberana al 7 y al 8% de interés. Hay poco más que añadir.
Paralelamente, desde que empezara la crisis Draghi ha disfrutado de subidas de sueldo de más del 8%, plantándose en 374.124 euros. Un pago por no haber hecho bien su trabajo o, quizás y a los ojos de Merkel, precisamente por haberlo hecho bien, por haber seguido al pie de la letra lo que se impone desde Alemania. Y a los neoliberales, que tan dados son a justificar sus recortes a la clase trabajadora por comparación con países que la asfixian aún más, no les ha dado por mirar a EEUU. Allí, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, gana 199.700 dólares (151.288 euros)... adivinen, menos que nuestro gobernador del Banco de España, Luis María Linde, cuya retribución ronda los 176.000 euros anuale.
Visto lo visto parece claro para quién representan una oportunidad esta crisis, ¿no es así?
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