En 1845 se registraba la existencia de un pequeño roedor, una especie de ratoncito al que se bautizó como ‘Melomys rubicola’ y que habitaba el cayo Bramble, en la Gran Barrera de Coral australiana. Los marineros hablaban de grandes ratas las que disparaba con arcos y flechas y en 1978 la estimación de población del Melomys era de cientos.
En
2016 se produce un nuevo registro: el de su extinción. ¿La causa? El
cambio climático. Así lo ha determinado una expedición de tres
científicos que ha invertido mucho tiempo y recursos en busca de este
ratoncito que vive en este hábitat, donde también se encuentran otras
especies como tortugas verdes y diversas aves marinas.
Los últimos Melomys vistos datan de 2009
y, tras no haber sido capaces de detectar ejemplar alguno desde
entonces, la recomendación de los expertos ha sido cambiar la nominación
de "en peligro" a "extinguido".
El cayo
Bramble, de unos 50.000 metros cuadrados de extensión (340 metros de
largo por unos 150 metros de ancho), se elevaba unos tres metros sobre
el nivel del mar del estrecho de Torres, que separa Australia y Papúa
Nueva Guinea. Sin embargo, los efectos del cambio climático y, más
concretamente, del calentamiento global provocaron la subida del nivel,
un bocado de mar que inundó este espacio natural destruyendo el hábitar
del ‘Melomys rubicola’.
Si de media a nivel mundial el
nivel del mar aumentó alrededor de 20 cm entre 1901 y 2010, algo inédito
en los últimos 6.000 años, en el estrecho de Torres, sólo entre 1993 y 2014, prácticamente se ha doblado esa tasa.
Ya
hace un par de años que un equipo conjunto del ministerio del Ambiente y
Protección del Patrimonio del estado australiano de Queensland y la
Universidad de este mismo estado emprendieron una exhaustiva
investigación para encontrar ejemplares del roedor, pero no consiguieron
encontrar ninguno. 900 trampas para animales y 60 cámaras nocturnas no
fueron suficientes para que los científicos Natalie Waller, Luke Leung e
Ian Gynther encontraran un solo espécimen.
La conclusión, según
un infome publicado en el portal del gobierno australiano, es que
Queensland ha tenido el dudoso honor de ser el escenario en el que
probablemente se ha producido "la primera extinción de un mamífero causado por el cambio climático antropogénico", esto es, provocado por el hombre.
Es
posible que, quizás, exista una pequeña población de Melomys en Papua
Nueva Guinea, que hubieran pasado al otro lado, subidos en en restos de
vegetación, navegando a modo de balsa por las aguas del Río Mosca. Por
este motivo y aunque es una posibilidad remota, los expertos recomiendan
mandar nueva s expediciones en su busca.
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