El cambio climático y la evolución de las especies de las aves

La temperatura de la Tierra ha aumentado casi un grado desde 1880 y este fenómeno, inevitablemente, tiene efectos en múltiples ámbitos. Es el caso de las aves y las migraciones de esos millones de pájaros que pasan el invierno en África para, cuando se acerca la primavera, regresar a Europa. El fenómeno es de tal envergadura, que podría afectar, incluso, a la evolución de las especies.

El razonamiento es mucho más simple de lo que pudiera parecer, pudiendo deducirse ya en nuestro país, que sirve de parada y posta para buena parte de esas aves en su tránsito hacia tierras europeas. Ya se pueden ver los almendros en flor, por ejemplo, y con esta primavera prematura, los insectos, esos que sirven de alimento a los pájaros, también adelantan su aparición.

Si determinadas especies no fueran capaces de adelantar sus migraciones y, para cuando llegaran a las zonas más cálidas, las especies que sí anticiparon su viaje hubieran acabado con la mayor parte de estos insectos, ¿qué comerían las más lentas y sus polluelos?

Si comenzara a escasear la comida por este motivo, estaríamos asistiendo a un fenómeno evolutivo en el que las aves que regresan antes a sus hábitats europeos serán las especies predominantes... y las migraciones no dejarían de adelantarse. Los cambios en los comportamientos de las aves se pueden detectar también en las ciudades: El experto de SEO/BirdLife, Blas Molina, explica que especies como la paloma bravía, la paloma torcaz, el mirlo común o la urraca ya han comenzado su actividad reproductora, iniciando la construcción de sus nidos.

¿Las golondrinas? Un mes antes

Las migraciones primaverales tienen su particular distribución: en primer lugar, pasan los machos adultos, seguidos de las hembras, los machos jóvenes y las hembras jóvenes. También hay especies que viajan de noche, mientras que otras lo hacen de día.

Este es el  caso de las golondrinas que, según advierte SEO/BirdLife gracias a sus programa Aves y Clima (en colaboración con la Agencia Estatal de Meteorología), han adelantado su llegada a la Pensínsula Ibérica en primavera cerca de un mes respecto a mediados del siglo pasado. No es la única, puesto que Según SEO/BirdLife, para el avión común, el críalo europeo o el milano negro ya es primavera en España, con sus almendros en flor. 

Enclaves estratégicos

En este tránsito tan importante es el lugar de destino como las zonas de paso. Cuando hablamos de la Península Ibérica, los Pirineos, Estaca de Bares o el estrecho de Gibraltar son algunos de esos puntos estratégicos. El último de estos enclaves es protagonista, precisamente, estos días. Tras el último temporal, los vientos de Levante son muy fuertes allí, y las aves han esperado a que las condiciones mejoren. ¿La consecuencia? Un auténtico cuello de botella en la costa africana de diversas especies.

Otro cuello de botella puede ser Gallocanta (Zaragoza). Y es que algunas aves, en lugar de llegar, se van, como la grulla común o el ánsar común. En el caso de la primera, el pasado mes de enero ya había más de 27.000 ejemplares en Gallocanta -a veces se acumulan más de 50.000-, a la espera de saltar los Pirineos y continuar su periplo europeo hacia latitudes más norteñas. 

Por su parte, el ánsar común o ganso ha ido cambiando el lugar en el que pasa el invierno. Así lo ponía de manifiesto recientemente un estudio de  la Universidad de Extremadura (UEx), en colaboración con otros centros de investigación de España, Suecia, Francia y Chile y coordinado desde la Estación Biológica de Doñana (CSIC).

Si hasta la década de los años 80, en España, los gansos invernaban en el Parque Nacional de Doñana, ahora también lo hacen en Extremadura, Francia, Holanda e incluso en Suecia, aproximándose cada vez más a las zonas de reproducción, que normalmente se han situado en Noruega, el sur de Suecia, Dinamarca, y el norte de Alemania, Holanda y Bélgica.
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