Quien nos protege nos pega y calla

Escribía ayer por qué a veces parece que una croqueta importa más que una mujer. Cuando escribía esas líneas, todavía no se había conocido el último asesinato machista en Azuqueca de Henares (Guadalajara), cuando un hombre, en presencia de sus hijos, clavaba un cuchillo en el cuello de su pareja.
Podría llenar páginas y páginas escribiendo sobre todo lo que se está haciendo mal, pero son ellas, las mujeres, las que mejor lo vienen denunciando, en solitario o a través de asociaciones que se han visto obligadas a fundar ante el desamparo de un Estado que no está a la altura de lo que se espera.
Me centraré hoy en el papel de la Policía.

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