Y todavía se preguntan por qué no gusta la política

 La política aburre, irrita, indigna, genera rechazo. Es un error porque sin política no avanzamos, porque lo que realmente genera esta sensación de hastío, incluso, de repulsa, es la clase política que tenemos en nuestro país. Estos individuos e individuas que viven de lo público son quienes han convertido la política en un teatro, en una continua escenografía de hipocresía e impostura en la que se hace una décima parte de lo que se dice y, por lo general, de manera deficiente. A las negociaciones de unos presupuestos que ni conocemos me remito.

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