Llámame tonto y dame pan

El intervencionismo del Estado, desde que el capitalismo es capitalismo, siempre ha hecho temblar los pilares de las teorías económicas de libre mercado más básicas. Sin embargo, en el punto de crisis mundial en el que nos encontramos parece, a los ojos de los gobiernos, que es una de las medidas -desde luego, no la única- a adoptar para salir del atolladero. Lo más sorprendente es cómo se ha ido produciendo ese intervencionismo, esa nacionalización en algunos casos, y los países han mirado a otro lado. "Llámame tonto y dame pan", que decía mi abuelo. Acciones en los bancos con adquisiciones negociadas, Sebastián abogando por los productos 'made in Spain' o el mismísimo mesías Obama con el cable que echó a la industria del acero, han sido sólo algunos ejemplos.
Pero no es suficiente y ha llegado la hora de rizar el rizo. El colapso financiero así parece demandarlo y ya, semanas atrás, comenzó a acuñarse el término de 'bad bank'. En esencia, se trata de un banco creado ad-hoc por parte del Estado con la única finalidad de comprar los activos tóxicos no líquidos que están penalizando a muchas entidades. El gobierno alemán fue de los primeros en coquetear con este planteamiento, aunque huyendo de tan negativa nomenclatura y refiriéndose, mejor, a garantías estatales y a inyecciones de capital.

Por su parte, Suecia sí creo ese 'bad bank' para depositar allí los activos basura, llegando incluso, a entrar en su accionariado temporalmente. Más tarde sería Reino Unido. Llegados a este punto, la pregunta parece obvia: ¿es el turno de España?

La verdad es que, viendo recientemente las cuentas de resultados del Santander y de BBVA, a uno, desde su inconsciencia de españolito de a pie, le da por pensar que no. Y como algo de españolito de a pie tiene el ministro Solbes, eso mismo ha debido pensar él. Hoy mismo negaba la posibilidad de que España cree un 'bad bank' para engullir esos activos tóxicos, sí, esos, los de la bolsa del rincón al lado de los pales de beneficios netos. Cuando a Obama se le ocurrió la idea, la banca norteamericana, asfixiada por las subprime, realmente lo necesitaba. No es el caso español; es más, está muy lejos de serlo.

De todos modos, el NO de Solbes no ha sido rotundo, porque se ha producido en el contexto de la reunión de ministros de la eurozona y, de acordarse por unanimidad la conveniencia de adoptar esta medida... café para todos en pos de la estabilización del sistema financiero. Incluso contemplando esa posibilidad, no parece razonable y mucho menos justificable, la creación de un 'bad bank' español, pero a la luz de las palabras de Solbes parece que estamos, una vez más, en manos europeas... incluso ahora y para una vez que quien debería llevar la voz cantante en temas bancarios es España, dadas sus claras muestras de fortaleza muy por encima de Reino Unido.
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