La familia de Chaves no va al INEM

El Confidencial desvela hoy cómo el nuevo vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, no se ha marchado de la Junta de Andalucía sin asegurarse antes de haber dejados bien colocados a los suyos. Al menos 10 parientes podrían haber accedido a sus puestos en instituciones y empresas públicas en Andalucía a través de su relación -directa o indirecta- con el expresidente de la Junta.
  1. Leonardo Chaves, hermano. Director general de Tecnología e Infraestructuras Deportivas de la Junta.
  2. En 2006, Leonardo supuestamente adjudicó contratos a la empresa Climo Cubiertas, de la que era apoderado y accionista su hermano Antonio José.
  3. Carlos María Chaves, hermano. Coordinador de Seguridad de la Junta (antes era vigilante privado).
  4. Francisco Javier, hermano. Jefe del Departamento de Servicios Generales de Canal Sur (antes era auxiliar administrativo en la cadena)
  5. Rosa María, hermana. Médico en el Servicio Andaluz de Salud (SAS).
  6. Rocío Cabet, nuera. Trabaja en Extenda, una agencia pública de la Junta dedicada a la promoción de la comunidad autónoma en el exterior.
  7. Leonardo Chaves , sobrino. Gerente Municipal de Servicios Urbanos del Ayuntamiento socialista de Alcalá de Guadaira.

Y la lista seguiría si miramos a su segundo de abordo, Gaspar Zarrías -que, por cierto, se trae a Madrid aún cuando desde Ferraz preferían a otra candidata...

El Confidencial lo saca a la luz ahora, pero ya Por Andalucía Libre lo había hecho el año pasado y, posteriormente, diversos foros se hicieron eco de la noticia. Resulta muy triste ver casos como éstos en la Administración Pública y los políticos deberían extremar el cuidado con estas cosas. Todos, alguna vez, hemos visto cómo se producían enchufes en las empresas en las que trabajábamos. Puede ser, incluso, que hayamos ejercido nuestra influencia para tratar de recomendar a un amigo o familiar en algún puesto. Pero dos apuntes al respecto:

  1. Una cosa es meter a dedo, y otra recomendar, de modo que si la persona no es competente tan sólo le habremos ayudado a meter la cabeza... que se la corten o no, es cosa suya.

  2. No trabajamos en una empresa pública. Cuando se ejerce un cargo público, y más de esa responsabilidad, hay ciertas acciones que NO se pueden hacer. No todo iban a ser ventajas, ¿no?
Y esto me lleva directamente a los numerosísimos casos de corrupción que se suceden día a día en Comunidades, Diputaciones y Ayuntamientos de toda España. Uno de los problemas por los que sigue siendo una tentanción este tipo de corruptelas es que las sanciones no son realmente ejemplares. Mancillar como lo hacen la confianza que el Pueblo ha despositado en ellos es el mayor de los pecados de la Democracia y, como tal, su castigo debería ser ejemplar, sin que se descarten penas de prisión. No es lo mismo una corrupción trabajando en empresa privada que siendo cargo público. A mismo delito, la pena debería ser mucho mayor en el segundo de los casos.

Y al cargo público que no le guste, sencillamente, que no ejerza, pero basta ya de tomar el pelo a los ciudadanos. Ni dan ejemplo de honradez, ni gestionan correctamente, ni proyectan una imagen de profesionalidad.

PD. Por cierto, sigue sin actualizarse la web de La Moncloa, donde no tenemos vicepresidente tercero...
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