La hipocresía de la Operación Telecoca

La Operación Telecoca ha copado en los dos últimos días varias portadas de la información local de Madrid. Resumiendo, se trata de la desarticulación de una banda, al frente de la cual se encontraba El Gordo -últimamente el ingenio de los motes brilla por su ausencia, veáse El Bigotes-. Esta banda servía los pedidos de cocaína a domicilio, fundamentalmente en el ostentoso barrio de Salamanca, la Milla de Oro.

Han sido varios los medios en los que he escuchado y leído que los consumidores de este 'servicio a domicilio' llamaban al Gordo para evitar tener que acudir a los mercados de la droga, sugieriendo que al ser de la Milla de Oro se sentían demasiado por encima de eso. No nos engañemos ni pensemos que si quieres cocaína, o la pides a domicilio o vas al mercado de la droga donde vagan cádaveres andantes. No.

Todo el mundo sabe que el que quiera consumir cualquier tipo de droga no ha de moverse más que unas manzanas más allá, esté en el barrio que esté. Ya sé que no es especialmente tranquilizador para los padres de adolescentes en plena explosión hormonal y de curiosidad, pero es labor suya evitar que caigan en la tentación. En los años 80, de mi niñez, viví el boom de la heroína en San Blas y aún lo cuento. No todo el mundo en el barrio puede decir lo mismo, pero no cabe duda que lo que uno 'mama' en casa es lo que luego aplica fuera.

En cuanto a la respetada Milla de Oro, tampoco nos sorprendamos ahora de la cantidad de drogadicción que se concentra en la 'zona nacional' de Madrid. Probablemente siempre ha sido una de las áreas de mayor consumo de cocaína, fundamentalmente porque hasta hace poco su precio era prohibitivo. Hoy, con precios de unos 60 euros/gramo, algunos deben de estar escocidos porque les resta exclusividad, pero están tan enganchados que no lo dejarán.

Lo curioso es que en muchos casos, estos yonkis de mocasines y bolso de Loewe son los mismos que critican a la juventud por el botellón, por ejemplo. Este barrio de Madrid, el de Salamanca, creo que posiblemente sea uno de los que más yonkis por metro cuadrado concentra porque, no olvidemos, la cantidad de adictas a los tranxilium y lexatines que hay -no es machismo, es que ellas son más numerosas que ellos-...

Pues eso, que enhorabuena por la Operación Telecoca, pero no caigamos en el error de pensar que su clientela era selecta. NO. Era igual que la de cualquier barrio obrero del extrarradio de Madrid porque los ricos también se drogan... y mucho.
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2 comentarios

  1. NO TODO LAS MUJERES QUE TOMAN TRANXILUM, LEXATIN, ETC.....VIVEN EN LA MILLA DE ORO, OTRAS MUCHAS LO TOMAN POR PROBLEMAS PSICOLOGICOS Y POR ESO NO SE LES PUEDE CALIFICAR DE YONKIS........ES LO UNICO QUE NO ME HA GUSTADO DE TU ARTICULO, Y OJALA NUNCA NECESITES TOMAR ALGUNO DE ESOS MEDICAMENTOS YA QUE SON PARA UN TIPO DE ENFERMEDAD QUE NO SE LA DESEO NI A MI PEOR ENEMIGO.

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  2. Creéme, por diversos motivos, conozco sobradamente esas medicaciones. Todo mi respeto a quienes padecen depresiones y han de medicarse con esos y otros medicamentos más graves, pero lamentablemente si se hace un mal uso de la aspirina, imagina de este tipo de medicamentos, que negligentemente sirven algunas farmacias sin recetas... Dicho esto, sostengo lo mismo: que por la ligereza con que muchas personas toman lexatin, hay demasiado yonki legal.

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