La nobleza escribe al Rey

Al parecer y según informa El Confidencial, más de 200 nobles españoles, entre ellos algunos de los títulos de más lustre de nuestro elenco nobiliario –60 de los cuales son Grandes de España-, han dirigido una carta colectiva a S.M. el Rey Juan Carlos para solicitar su amparo ante la crisis provocada por la aplicación de la Ley 33/2006, “sobre igualdad del hombre y la mujer en el orden de sucesión de los títulos nobiliarios”.
La famosa diseñadora Agatha Ruiz de la Prada podría haber sido el detonante, puesto que puso un pleito a su tío Carlos de Sentmenat y Urruela para disputarle, con efecto retroactivo, el marquesado de Castelldorius y la baronía de Santa Pau.

En la carta dirigida al Rey se indica que “no podemos entender que después de una sentencia [dos, en realidad] del Tribunal Constitucional que zanjaba la cuestión, una resolución de Naciones Unidas y un acuerdo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, coincidentes plenamente con la doctrina del Consejo de Estado y, hasta ahora, de la Diputación de la Grandeza, las Cartas de Concesión se vean modificadas por una Ley “ad personam” cuyo articulado y disposición transitoria favorezcan la posición de unos pocos en unos contencioso nobiliarios muy concretos”.

Los firmantes de la misiva real, que se han agrupado en una nueva “Asociación Nobiliaria Española” al margen de la tradicional Diputación de la Grandeza que los unía. Sí, lo sé: suena hasta ridículo, esperpéntico que la nobleza se agrupe en una Asociación. Pero vamos, tan ridículo como que la Duquesa de Alba sea una de las principales receptoras de las subvenciones de agricultura al ser una de las mayores -si no la mayor- terrateniente española.

¿Saben qué es lo preocupante de todo esto? Que la situación afecta a 2.500 familias españolas. Que el Estado español continúa sosteniendo a una cuadrilla de 'cuentistas' sin más mérito que pertenecer a una estirpe que un pasado mandó, lo que no es necesariamente sinónimo ni de que lo hiciera con justicia ni honestidad. Es más, y ya metidos en la vorágine de juicios retroactivos, del mismo modo que gozan de los beneficios de sus antepasados, ¿no se les debería juzgar por delitos que sus familiares cometieron y por los que no fueron nunca castigados?

No me digan que al menos, para el pueblo llano que somos, no estaría divertido... Y MUCHO.
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