
Ya sólo la redacción del proyecto de ley por parte de los demócratas ha encontrado una fuerte oposición republicana, que juega con la ignorancia norteamericana y ese terror histórico, no ya al comunismo, sino al mismo socialismo.
Para combatir estos mensajes, Obama también ha jugados sus bazas, combinando diferentes mensajes, más allá del meramente social: "La reforma de nuestro sistema de salud ya no es un imperativo moral, es un imperativo fiscal. Si queremos crear empleos y reconstruir nuestra economía, tenemos que atajar el desorbitado coste de la atención sanitaria este año, en esta Administración", señaló recientemente.
¿Saben que es lo que realmente asusta? Las inversiones en campañas publicitarias destinadas a estas campañas. A mediados del mes de agosto, la consultora privada Campaign Media Analysis Group sostenía que ambos bandos habían invertido 57 millones de dólares en los seis meses anteriores. Los partidarios de varios proyectos de reforma del sistema habían invertido 48 millones, frente a los 9 de los oponentes.
Pero los datos se han actualizado, y aún dan más miedo: el lobby sanitario, compuesto fundamentalmente por todas las aseguradoras, han gastado ya 375 millones de dólares en su campaña anti-reforma, según informa la CNN. Sólo con ese dinero se podría pagar el seguro médico de 30.000 familias durante un año. Sólo en anuncios de televisión se está gastando cerca de 1 millón de dólares al día desde el pasado mes de junio.
¿Crisis? ¿Qué crisis? ¿A qué dan ganas de revolución?
No hay comentarios:
Publicar un comentario