3,5 millones de latas
Que los marineros del Alakrana hayan sido liberados siempre es una muy buena noticia. Han sufrido uno de los secuestros más largos, convirtiéndose en un auténtico asunto de Estado, al que el Gobierno ha destinado muchos recursos humanos y económicos y con el que la oposición se ha valido para seguir desgastando a un Gobierno malherido por la crisis y valoraciones de expertos cuando menos negativas. Pero si analizamos el punto de los recursos económicos, ciñéndonos únicamente al pago del rescate que se cifra en 2,3 millones de euros, hemos de puntualizar, puesto que cada euro de ese rescate es propiedad de cada uno de los españoles. Todos hemos contribuido en cierto modo al rescate.
La pregunta es, ¿queríamos contribuir todos? Dejando a un lado la buena noticia de la liberación, ¿es legítimo que tengamos que ser todos los españoles los que paguemos la imprudencia de un armador que mandó a su barco a un zona peligrosa? Yo diría que no. ¿No querían cobrar ya algunos gobiernos regionales los rescates de alta montaña cuando se hubieran cometido imprudencias?
¿Absurdo el razonamiento? Bueno, si lo piensan friamente, casi tanto como todo lo que se ha venido haciendo hasta la resolución del conflicto.
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