El fraude del tercer milenio



Como avanzaba en el post de Inteligencia artificial, a continuación reproduzco el artículo que escribí hace años abordando la distancia entre expectativas y realidad en el año 2000:

El fraude del tercer milenio

Si retrocedemos con la memoria unas décadas atrás podemos decir sin ningún género de duda que el tercer milenio es un fraude. ¿Dónde están los robots humanoides? ¿Y los coches que vuelan? ¿Y los microprocesadores insertados en el cerebro? No hay nada de eso. El tercer milenio ya no está a la vuelta de la esquina, ha llegado y con él, un buen número de promesas rotas y deseos incumplidos. Muchas de las previsiones que se habían hecho no se han materializado y no hablamos únicamente de las realizadas por las consultoras a la hora de determinar cifras de mercado, sino de las que otras empresas investigadoras que, en su labor digna del mismísimo Nostradamus, dibujan un futuro demasiado innovador.


A pesar de todo, todavía aparecen nuevas predicciones sobre el futuro inmediato. Desde FirstMatter, una firma analista que viene a significar ‘Materia Prima’, se señala que una de las principales novedades del futuro próximo vendrá definida por la bioingeniería, esto es, el uso de la ciencia para resolver problemas médicos y biológicos. Una prueba de ello sería la tecnología embebida dentro del individuo, como los procesadores injertados en el cerebro, pudiendo adquirir conocimientos del mismo modo que volcamos contenidos enciclopédicos en los discos duros de los ordenadores. Esa parece ser, precisamente, la tendencia más generalizada y soportada por los adivinadores proféticos de este particular gremio.

Paralelamente, existe una entidad denominada World Future Society que no se conforma con barruntar el incremento de la cifra de centenarios pasando de los actuales 135.000 a los 2,2 millones en el 2050; que el consumo de carne se doblará a nivel mundial en el año 2050; o que el noventa por ciento de los 6.000 idiomas actuales se podrían extinguir en el 2100, sino que también toca el terreno más tecnológico. Así y dejando aparte que a este paso los granjeros serán auténticos ingenieros genéticos, la World Future Society asegura que también se producirán dispositivos de biomonitorización de apariencia similar a un reloj de pulsera, con los que se podrán conocer todos los parámetros de salud en cualquier instante y que diminutos microprocesadores implantados en el antebrazo de una persona permitirán transmitir mensajes a un ordenador que controle los niveles de temperatura y los sistemas de iluminación de los edificios inteligentes.


Adentrándonos aún más en el terreno tecnológico, esta sociedad dedicada un apartado al hardware, del que indica que se ‘ablandará’, puesto que en lugar de golpear en los teclados duros de plástico, acariciaremos suavemente los ‘tejidos electrónicos’ con manteles con los teclados de un piano y las fundas del mobiliario con mando remoto de televisión. Además se producirá el esperado crecimiento de la inversión, pero no donde más de uno quisiera, sino en Asia, lo que le llevará a liderar la nueva economía. Entre los factores que le llevarán a esa posición destacan el fuerte apoyo gubernamental con que tradicionalmente ha contado así como la obsesiva tenacidad de sus trabajadores. Paralelamente, las baterías dejarán paso a las denominadas células de combustible, una vez que éstas superen las limitaciones de tamaño y de portabilidad y en las líneas de los libros electrónicos se escribirá el fin de la publicación tradicional. El porqué es de sencilla deducción y para ello basta con remitirse al fenómeno de la música, que gracias a los medios electrónicos permite las copias con el consiguiente riesgo de violación de la propiedad intelectual.

Pero no acaba la lista de vaticinadores, puesto que Faith Popcorn también se jacta de ser una de las mejores en su campo y, tanto es así, que entre las predicciones acertadas de las que hace alarde se encuentran los vaqueros Levis personalizados, los servicios web para buscar y visualizar información o la venta de frutas y verduras a través de Internet. Pues bien, respecto al futuro asegura que la cirugía plástica del futuro será el injerto de procesadores en el cerebro, lo que no se sabe si es del todo buena noticia, puesto que se sustituye la obsesión por la estética por una muy peculiar ‘inteligencia artificial’. Otras predicciones que datan ya de 1998 son el envío de cartas digitales, la cirugía a domicilio, la monitorización vía satélite de la situación de nuestros hijos o los viajes virtuales realizados del brazo de nuestra estrella de cine favorita.

Uno no sabe si el futuro es o no alentador, porque seguro que existen procesadores de distinta potencia y velocidad, lo que provocará que quien más dinero tenga más inteligente sea. Mercado muy goloso para los contrabandistas y las mafias. Pero eso no es todo, ¿qué pasaría si el procesador queda obsoleto?, es más, ¿qué ocurriría si el chip en cuestión se recalienta o, si uno queda en espera del lanzamiento y sucede como con Itanium? ¿Cuánto tiempo podrá permanecer un individuo sin el chip?

Ver para creer, sencillamente.

(Artículo publicado en febrero de 2001 en el semanario Computing)
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