Un ministro perplejo

Moratinos se siente perplejo por la negativa de Aminatu a aceptar la nacionalidad española. No es de extrañar, ni que Aminetu lo haya rechazado -incluso a mi se quitan las ganas de ser español- ni que Moratinos se haya quedado perplejo.

Yo creo que a este ministro, todo lo que sea sacarle del mecanismo de un botijo le supera... incluso el tema del botijo le ha llegado a plantear serias dudas sobre si usar el pitorro fino o el gordo. Y mientras, el rey, Zapatero y Rajoy al calor del ocultismo vergonzante de los cobardes.

Es precisamente en momentos como estos cuando un líder tiene que demostrar que es líder. Serlo en cuestiones tan impactantes como la Alianza de las Civilizaciones o el cambio climático es importante, pero terminan por ser causas tan amplias y tan empapadas de demagogia que al ciudadano se le antojan demasiado abstractas.

El caso de Aminetu no. Es concreto. Es básico. Es fundamental, como los Derechos Humanos que España está violando, que Marruecos lleva más de un cuarto de siglo pisoteando bajo el beneplácito de la comunidad internacional. No esperen a convertir a Aminatou en mártir, porque no hay razón para llegar a ese extremo.
Manos a lo obra. Ya.
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