La correrías de un juez

A continuación, la trayectoria del Magistrado-juez Ricardo Rodríguez Fernández, titular del Juzgado de lo Penal nº 16 de Madrid, tal y como nos la describe una lectora de dbnews:

"Don Ricardo era, hace como 20 años, un triste secretario judicial, asqueado de la mugre desorganizada de las secretarías judiciales españolas y descubrió las mieles de la soberanía impune de la judicatura al servicio del infausto juez del Supremo Marino Barbero Santos, un inepto que entró de juez por el cuarto turno (como Don Ricardo), es decir sin tener que preparar las dichosas oposiciones.

Don Marino y Don Ricardo, cual Quijote y Sancho, fueron los que se presentaron en un taxi en la sede del PSOE en Ferraz, a registrar el edifico, en el esperpéntico caso Filesa. La admiración de Don Ricardo por su Don Marino, le lleva a ser nombrado letrado del Supremo en la Sala de lo penal (unos 'machacas' que le hacen las resoluciones de inadmisión de los recursos de casación a los jueces).

La hidalguía de Don Marino persiguiendo a los socialistas y la solera del servicio audaz y tenaz contra la barbarie roja, cubrió de gloria a Don Ricardo, quien en 2003 consigue que le hagan juez por el cuarto turno. Le destinan a Burgos, la Castilla que vió nacer a su señor padre, un palentino que fue consejero de Antracitas del Norte y de Transportes Pachuca, vamos lo que se dice una familia decente y de orden (como tiene que ser, vencimos y venceremos).

Don Ricardo deseaba destino en Madrid, pidió un traslado al consejo del joder judicial, que le denegaron porque se despistó y presentó la solicitud fuera de plazo. Un tiempo después llega a Móstoles, Alcalá de Henares y, por fin, los juzgados de Plaza de Castilla, donde ocupa una plaza de la que realmente es titular una jueza, que anda por ahí politiqueando.


Breves retazos de un funcionario judicial, cuyos antecedentes son bien expresivos de sus filias y sus fobias. Ahora vosotros, guapos, sacad vuestras propias conclusiones.
Tenemos que luchar para derribar este régimen judicial corrupto, que nadie elige ni controla".