Saharauis en España


Esta semana publico en Interviú una reportaje sobre saharauis en España. Gracias a la huelga de hambre de Aminatou este colectivo ha saltado a las primeras páginas de actualidad pero, en realidad, son cerca de 8.000 saharauis los que viven día a día entre nosotros y de los que sabemos muy poco.

Es un colectivo que se integra en la sociedad española con una facilidad pasmosa, mucho mejor, incluso, que los latinoamericanos. La razón es sencilla: aunque se reúnan en teterías, no forman guetos; compran en las mismas carnicerías, acuden a los mismos bares y se divierten en las mismas discotecas. Y ello a pesar de que la Administración española no les pone las cosas fáciles.

Ojalá los dramáticos acontecimientos que protagoniza Aminatou estos días sirvan, no sólo para dar un buen empujón al conflicto saharaui sino, además, para que los españoles conozcamos un poco más a los que un día fueron nuestros hermanos.

Es una cultura de la que bien haríamos aprendiendo muchas cosas, desde su paciencia a su optimismo o su pacifismo. Una muestra de ello es, como me contaba Zahra Ramdán (presidenta de la Asociación de Mujeres Saharauis en España), que "resulta impensable que un hombre maltrate a una mujer y, de hecho, si lo hace es automáticamente desterrado negándole la posibilidad de contraer matrimonio con una saharaui". Una cultura muy diferente de otras musulmanas en las que no se respeta a la mujer.

El cantautor Luis Pastor se dió cuenta de ello hace mucho tiempo y dedicó estos versos a ambos pueblos:

¡Soy sahañol!
¡Soy esparaui!
Nieto del sol
Hijo de nadie
Flor del desierto
Canto de arena
Cárcel de dunas
Polvo de estrellas
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