"Cuando te conocí, ya tuve miedo por ti"


Aminatou está en la UVI del Hospital General de Arrecife, aunque mantiene la huelga de hambre. Hoy se cumplen 32 días de huelga de hambre y, en este contexto, Zapatero se mostraba ayer moderadamente optimista y volvía a eludir la autocrítica, encarnando una vez más el papel de mesías: "el Gobierno va a solucionar el problema". Es lo menos que puede hacer, después de haberlo creado en connivencia con Marruecos. Pero debería dejar a un lado la autocomplacencia y dedicar más empeño -y más rápido- a la diplomacia y buen talante del que hace gala.

Moratinos ha tenido una actitud altiva desde que comenzó la huelga de hambre y ayer no fue menos: "Nadie nos tiene que dar ninguna lección". Se equivoca, una vez más. Aminatou ya se la ha dado y él es tan corto de miras que ni siquiera se ha dado cuenta. En realidad nos la ha dado a todos.

Como sucede en la política, donde ya no quedan representantes a la altura de la ciudadanía, con un compromiso parejo a su oratoria -incluso ésta, ha desaparecido-, los activistas también se habían devaluado. El activismo de primer nivel, el que llega a todos los medios, venía siendo más bien una acción de marketing que un firme compromiso... hasta Aminatou, que ha demostrado que los principios son para mantenerlos y que no se puede renunciar a ellos a cualquier precio... de hecho, a ninguno.

Si no muere, las secuelas que le queden serán de por vida. Si muere, las secuelas para este Gobierno también serán de por vida. Especialmente entrañable es la columna de hoy en Deia de Izaskun Moyua Pinillos, en la que concluye: "Cuando te conocí, Aminatu Haidar, ya tuve miedo por ti. Una vida en libertad se hacía transparente en tu mente, en tus palabras y en tu cuerpo y enseguida supe que nada ni nadie borraría ese anhelo de tu esencia".


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