
Y, precisamente, escogió para irse el mismo día que Rodríguez Zapetero hacía públicas sus nuevas medidas de choque anticrisis, que afectan de pleno a los pensionistas dentro de su dramático -y amplío- recorte social. Es como si ya no hubiera podido aguantar más, como si se hubiera dicho "hasta aquí hemos llegado".
Y aunque no fue el último, como dice el espectáculo en el que trabajaba ahora en el Teatro Arlequín de Madrid, apagó la luz y un poquito a oscuras sí que nos dejó.
Y cogió y se fue.
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