Transparencia

Cuando se trata de la Administración Pública, las transparencia debería ser la máxima a seguir, en todos los sentidos. Siempre. Ahora, en plena crisis, aún más, pero no es el caso: ayer domingo conocíamos por Público cómo, incomprensiblemente, nadie audita los 360 millones de euros que mueven entre la Casa Real, las Cortes Generales, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Consejo de Estado. Sencillamente, inaudito.

Lejos de llamar a la intranquilidad y alejar aún más la inversión extranjera que tanta falta nos hace, el Gobierno debería remediar situaciones como ésta. Rubalcaba tiene razón al afirmar que "el PP está haciendo daño a España y a su imagen en el exterior", al comparar a España, justo cuando estamos en foco informativo, con Grecia y Hungría sosteniendo que se están falseando las cuentas y que la situación de nuestra economía es mucho peor de lo que ya de por sí parece.

El porqué el Gobierno no toma medidas para favorecer la transparencia en las cuentas de sus diferentes organismos es ilógico y, desde luego, llama a la desconfianza. Es una realidad. Sin embargo, lo contrario tiene un efecto demoledor en esta desconfianza y sin duda ayudaría a favorecer a la imagen que se está proyectando de España en el exterior.

La Administración Zapatero lo está haciendo mal, muy mal. Esta crisis económica ha evidenciado una crisis de su Gobierno desde el principio, al no identificar la crisis en su génesis y, después, en el modo de gestionarla. La sensación de improvisación, de duda, de nulo liderazgo y, sobre todo, de no contar con gente a la altura de la situación es aplastante. Ni siquiera lo más sencillo -pero de gran efecto positivo-, como alcanzar la transparencia, parece estar a su alcance.

Y lo peor de todo es que la alternativa con verdadera viabilidad político-electoral, esto es, el PP, está aún más lejos. Su modo de hacer oposición es destructiva. ¿Tan difícil es entender que una oposición conciliadora en tiempos de crisis ayuda a conseguir más votos, incluso, del sector más de izquierda-centro?
Pues, al parecer, debe de ser complicadísimo.
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