La empresa española capa a Facebook

"Un trabajador emplea un promedio de 40 minutos diarios de su jornada laboral o, lo que es lo mismo, el 8,33% de su tiempo en la oficina a atender las redes sociales. Si el salario medio en España es de 21.500 euros brutos al año, se puede concluir que las redes como Facebook o Twitter contribuyen a derrochar unos 1.790 euros al año por trabajado". Esta es la entradilla que firma mi colega Elena Arrieta en Expansión en su artículo sobre cómo las empresas 'capan' el uso de Facebook a sus trabajadores.

Muchos, al leerlo, considerarán que es algo lógico, justificado. Sin embargo, hay que hacer una lectura más profunda porque quizás, no es la mejor de las soluciones. No sorprende, en cualquier caso, porque el empresariado español aún sigue padeciendo de su herencia caduca, excesivamente conservadora y un tanto trasnochada. La escasa implantación del teletrabajo o la ausencia de jornadas por objetivos y no por horarios son pruebas de ello.

Y ahora, Facebook. Es curioso como día sí, día también, hay una empresa que quiere ser mi amigo en Facebook. Del mismo modo que en la vida real no soy amigo de Adidas o de Panrico, tampoco tengo intención de serlo en la red. Otra cosa muy diferente es que lo sea de trabajadores de esas empresas. Ese punto parece que no ha calado en las empresas españolas, empeñadas en hacerse publicidad gratuita en las redes sociales cuando, en realidad, no hay mejor publicidad que la que puedan hacer de ti tus consumidores y, también, tus empleados. Por eso mismo, quizás tendría más sentido implantar otro tipo de políticas internas en las empresas, que motivaran a los trabajadores a hablar bien de su empresa, a presumir de su lugar de trabajo.

¿Cuál es el problema? Pues fácil: miren a su alrededor, pregunten a sus allegados y díganme cuántos se sienten orgullosos de sus empresas.
Blanco y en botella.
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