El Gobierno ignora los ataques de la policía marroquí a españoles en El Aaiún

Hoy he tenido oportunidad de asistir a la rueda de prensa convocada por CEAS-Sáhara y SaharAcciones con motivo de los incidentes vividos en El Aaiún el pasado 28 de agosto. Ha hablado Carmen María Roger que, con su cara aún amoratada, ha explicado los pormenores de cómo la policía marroquí arrasó con la protesta pacífica de SaharAcciones, moliéndolos a palos y provocándoles diversas lesiones externas e internas. Lesiones, por otro lado, que la propia Roger considera "caricias comparado con lo que luego pude ver con mis propios ojos cuando llegaban a urgencias ciudadanos saharauis apaleados, que se habían unido a la protesta".

Tan sólo daré dos apuntes para que quede clara la pasividad de España y de la Comunidad Internacional ante la sangrante violación de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental. El primer de ellos nos lleva al domingo 29 de agosto, cuando Roger y el resto de sus compañeros llevaron al puesto de mando de la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sáhara Occidental) el parte de lesiones y un escrito explicando lo sucedido. Pues bien, la MINURSO rehusó recoger el escrito porque estaban en fin de semana.

El segundo de los apuntes nos lleva al presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y al ministerio de Asuntos Exteriores. Ambos han recibido sendas comunicaciones, "en cuanto pisamos las Islas Canarias", y en los dos casos el silencio por respuesta, a pesar de las pruebas evidentes de violencia injustificada contra ciudadanos españoles a manos de autoridades marroquíes.

A pesar de lo narrado, aquí no acaba la historia y desde la organización ya se está preparando la denuncia formal -hay un plazo de 6 meses para hacerlo-, han pedido audiencia al presidente del Gobierno, se ha remitido un escrito al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU y se hace un "llamamiento a la desobediencia civil para denunciar la situación que se vive e impulsar la autodertminación del pueblo saharaui", concluye Roger.

PD. Grande, enorme, la noticia de ver al fin a Pepe Taboada, presidente de CEAS, al pie del cañón -siempre lo estuvo- en un acto público, dando la cara, la misma que el Estado español no da por el pueblo saharaui. 
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