Fracaso sindical

"La huelga debe ser convocada para encontrar una solución. Si no se realiza con este fin, sino para desgastar o perjudicar, se ve como un acto irresponsable, como un juego político que puede afectar en gran medida a la organización y así, dañar su imagen". Son palabras de Albert Roura, profesor de Esade, en un artículo de Expansión. Y qué razón tiene.

La huelga general convocada para el próximo 29 de septiembre se acerca y los sindicatos se las prometen muy felices, con tasas de seguimiento cercanas al 70%. Yo, personalmente y a pesar del poder de convocatoría hace unos días en Vistalegre, tengo mis serias dudas. Y las tengo porque creo que la huelga del 29-S es la máxima expresión del fracaso, por un lado, del Gobierno y, por otro, de los sindicatos. La incapacidad de la Administración Zapatero para reaccionar ante la crisis es aplastante, pero no resulta menos evidente el malhacer de los sindicatos, que para cuando quisieron responder a la reforma que se nos venía encima era demasiado tarde.

Y por esos dos motivos, sumados una pésima campaña con vídeos con Chikilicuatre y el hecho de que son muchos los que, por esas incapacidades de Gobierno y sindicatos, no pueden permitirse perder ni un sólo día de sueldo, el seguimiento creo que será muy inferior al esperado. Hay sondeos que hablan de tan sólo un 9%.

¿Qué nos cuesta una huelga general? Pues la vivida en 1985 costó 30.000 millones de las antiguas pesetas; en 1988 llegamos a los 40.000 millones y en  1992, de nuevo 30.000 millones de pesetas. ¿Cuánto nos costará ahora? Tomen como referencia el coste con la Comunidad de Madrid cifró la pasada huelga del Metro en junio: 3,2 millones de euros.