El PPC, la xenofobia y la pura contradicción

La presidenta y candidata del PPC (PP Catalán), Alicia Sánchez-Camacho, niega una y otra vez que su política de inmigración tenga tintes xenófobos o de extrema derecha. Mientras, respalda las políticas xenófobas de Sarkozy en Francia y acompaña a los juzgados a su colega Xavier García Albiol, acusado de editar un folleto que vincula inmigrantes con inseguridad. Esta mujer es pura contradicción.

Su mejor argumento para negar que su política se xenófoba es, sencillamente, asegurar que sólo quiere que "se cumpla la ley como se hace en muchos países europeos". Pues eso se está tratando de hacer, señora Sánchez-Camacho, que se cumpla la ley y que ésta deje caer todo su peso sobre García Albiol. Precisamente por ese deseo casi febril que tiene de hacer cumplir la ley, no debería sorprenderse de la rapidez del proceso contra su colega, pues esa es la única vía para declarar su inocencia o culpabilidad.


Y, digo yo, pobre ignorante de mi, ¿por qué a los listados de inmigrantes ilegales que quiere realizar la presidenta del PPC (para deportarlos ipso-facto), no adosa otra lista de empresarios que explotan a estos inmigrantes y adopta medidas ejemplares contra ellos? Parece improbable que haga esto, a pesar de su deseo de "hacer cumplir la ley". Arremeter contra los empresarios no parece la mejor manera de ganar posiciones en la batalla de las urnas. Y, ¿por qué? Pues porque al presidente de CEIM y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, a la hora de listar ayer los valores que encarnan al empresario -"tenacidad, constancia y consenso"- y que con el nuevo presidente de la CEOE quieren volver a recuperar, se le olvidó uno: la honestidad.