El drama carcelario español

Las prisiones en España, con casi 65.000 presos y 25.000 funcionarios, son un problema. Hace tan sólo unos días, podíamos leer la entrevista en Público a Mercedes Gallizo, la secretaria general de Instituciones Penitenciarias. En ella podíamos saber que uno de cada cuatro (de esos 65.000 presos) padece trastornos psicológicos y Gallizo lamentaba que "en Europa hemos convertido las cárceles en los psiquiátricos del siglo XXI".

A ese problema se suma el de la corrupción entre los funcionarios de prisiones, que  aún es peor. Ante estos casos de corrupción, Gallizo quita algo de hierro al asegurar que "un incidente, un día, en una prisión es una anécdota irrelevante que hay que poner en su justo término". Nefasto planteamiento, porque ni son casos aislados ni son anécdotas. Por supuesto que hay experiencias muy positivas en las cárceles, pero no podemos pensar, ni tan siquiera imaginar, que 100.000 acciones buenas hacen menos mala a una negativa. Eso nunca. Ya lo veíamos en el post en el que se elogiaba la finca experimental de agricultura en la cárcel de Mallorca, pero que lamentaba que los presos lo vieran como una oportunidad para escapar "de los trapicheos y las drogas de los módulos". Y aquí, hay muchas negativas, casi siempre con la presencia de la droga:

Aún está en la memoria el caso de los funcionarios en Alcalá Meco que introducían y consumían alcohol, además de mantener relaciones sexuales con las reclusas. Más recientemente, se detuvo en Cataluña a dos funcionarios de prisiones y dos agentes de la policía local de Badalona por su supuesta relación con una banda de mafiosos de origen albanokosovar dedicada a la extorsión de prostitutas y el tráfico de drogas, entre otras actividades delictivas. O cómo el Departamento de Justicia catalán abonó más de 700.000 euros a una empresa de servicio de comidas para pagar 97.284 supuestas pensiones completas (desayuno, comida, merienda y cena) para presos que en realidad no se encontraban todavía en las cárceles de Lledoners y Brians 2.

Pero si quieren conocer de verás el drama carcelario de España, no se pierdan la entrevista a Miguel Montes Neiro, el preso más antiguo de España, que publica Diagonal. Ahí descubrirán -quiero pensar que tan estupefactos como yo-, cómo se ejerce una cadena perpetua encubierta -lleva desde 1976 y aún le queda hasta 2025, habiendo celebrado ya su 60 cumpleaños-, cogió Hepatitis C en 1988, pero no se lo diagnosticaron hasta 2008, tiene la nariz rota por la patada de un funcionario, se rompió el brazo y tardaron 19 días en atenderle, pasó largos periodos (meses) en celdas de castigo o aislamiento...

¿Qué opina Neiro de nuestro sistema penitenciario? Que "es un sistema malo, cruel, degradante, basado en la explotación y el sufrimiento. Que sólo sirve para destruir la poca dignidad que nos queda; nos vemos humillados continuamente, para idiotizarnos a perpetuidad".

¿Qué opina usted?
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3 comentarios

  1. Buen día.. Creo q la opinión de Neiro es bastante compartida por to2s! No estamos en Guantánamo, ni en la "cárcel negra" del Aaiún pero no por ello debemos dejar de reconocer q el sistema penitenciario español debe cambiar, pq tiene demasiados "agujeros negros"..

    Un saludo..

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  2. Miguel Montes se pone en HUELGA DE HAMBRE, hoy día 2 de Diciembre, debido a la impotencia que siente por la falta de una fecha para su puesta en libertad, por el traslado de prisión injustificado a Huelva, lejos de su familia, y para reclamar la resolución de las peticiones a la Audiencia y al Tribunal Supremo.

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  3. Doy difusión a la noticia. Espero que haya suerte.

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