El ecologismo de quita y pon

La gestión de Ruiz-Gallardón al frente del ayuntamiento de Madrid no es santo de mi devoción -si se puede decir que tengo santos de estos-. Sin embargo y aunque hay muchos puntos negros en la entrevista que publicaba ayer El País, hay algo que reconocerle: su compromiso de restringir el tráfico en Madrid. En palabras del alcalde, esta restricción se hará en su próxima legislatura -si revalida, que presumiblemente lo hará-,  por "dos razones, el diseño definitivo de la ciudad y las medidas coyunturales en el supuesto de que se produzca una concentración de emisiones contaminantes. Son dos casos distintos. Ya tenemos los protocolos aprobados. Si mañana se produjera un exceso de cualquiera de los contaminantes en una zona, inmediatamente procederíamos a una limitación o prohibición total del tráfico. Pero es coyuntural. En el diseño definitivo de la ciudad, y al igual que ocurre en Nueva York y Londres el centro no debe ser un espacio para que nos dirijamos a él en vehículo privado".

Es una buena noticia, a pesar de que llega tarde -además del resto de medidas que demanda la oposición-. Dejando a un lado la demora, también es una prueba de lo seguro que está Ruiz-Gallardón de volver a salir elegido por los madrileños, porque a todas luces se trata de una medida impopular. Todos somos sensibles al cuidado del medio ambiente hasta que esta sensibilidad nos afecta de pleno; cuando adoptar una 'actitud verde' supone un sacrificio personal, preferimos sacrificar el medio ambiente. Es algo innegable y a los hechos me remito: será necesaria una ley para que los madrileños no vengamos de compras al centro en coche.

Así sucede con todo. Nos cuesta renunciar a ciertas comodidades que, aún siendo accesorias, nos hacen la vida supuestamente más cómoda. Lucimos un ecologismo de quita y pon que en nada beneficia a la Tierra, a nosotros mismos. ¿Está cambiando esta tendencia? Seguro, pero el cambio es tan lento que es necesario imponer ciertas cosas por la vía de la ley. Somos así de absurdos, a pesar de los estudios que prueban que nos matamos cada día un poquito más.
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