Sáhara Occidental: Tambores de guerra

Hace apenas un mes unos 4.000 saharauis acampaban e 14 kilómetros de El Aaiún. Ni siquiera pedían un Sáhara Libre; sólo pedían vivir con dignidad, poder tener una vivienda y un trabajo dignos. Marruecos no les reconoce la nacionalidad saharaui pero, sin embargo, les trata como marroquíes de segunda. Esos 4.000 pronto se convirtieron en 20.000 y la dictadura de Mohamed VI comenzó a inquiertarse. Se trataba de la mayor acción de protesta que se realizaba desde que 35 años atrás se arrebatara sus tierras el pueblo saharaui.

Marruecos mató a tiros a un joven de 14 años y el Frente Polisario, que en todo momento ha estado al margen del 'campamento de la libertad', como ha sido bautizado, aún así mantuvo la reunión del 8 de noviembre que había de sentarle con Marruecos en la ONU, en EEUU. En la madrugada del lunes pasado, Marruecos arrasó con el campamento a pesar de que tan sólo dos días antes su ministro de Exteriores presumía del diálogo de Marruecos. Con todo, el Polisario acudió ayer a la reunión, a pesar de que, aunque aún son confusas las informaciones que llegan -debido al bloqueo informativo que ejerce interesadamente Marruecos-, no se sabe a ciencia cierta cuántos muertos hay... Pero los hay.

¿Tiene que dar el pueblo saharaui más muestras de querer dialogar, de querer solucionar el conflicto de un modo pacífico? Diría que no, pero tanto para la Comunidad Internacional como para España y su ministra de Exteriores la señora Jiménez, no parece ser suficiente. ¿Están pidiendo que los saharauis respondan de manera violenta? ¿Es eso? Porque los tambores de guerra hace mucho tiempo que suenan y si ésta no se ha producido ha sido únicamente porque el Frente Polisario y el pueblo al que representa no lo ha querido. Ni la Comunidad Internacional ha hecho nada para evitar una guerra ni mucho menos Marruecos, que lejos de hacerlo la alenta día a día.

La paciencia tiene un límite, la capacidad de soportar humillaciones, vejaciones, torturas y asesinatos también. Y ese límite está muy, muy cerca. Cuando se rompa, explotará toda esa contención y el deseo de libertad será muy superior contra el odio y la prepotencia marroquí. Ojalá no se llegue a ese punto, pero si se llega, será culpa de TODO el mundo, excepto de los saharauis. Allá cada cual con su conciencia.
Next Post Previous Post

Sin comentarios