El cacao de Costa de Marfil

Con motivo de la Foto del Día de ayer, una asidua a dbnews se preguntaba sobre los intereses ocultos que se conjugan en la actual situación de Costa de Marfil. Resulta interesante analizarla, más aún después de que el ex presidente Laurent Gbagbo renunciara el ultimátum dado por Benin, Cabo Verde y Sierra Leona -en parte por haber visto como, en un caso similar, la inmunidad prometida al ex presidente liberiano Charles Taylor le fuera rechazada tras su rendición.

¿Por qué tiene tanto poder Gbagbo y a qué se debe que no haya habido una condena unánime por parte de la Comunidad Internacional al nivel de golpes de Estado como Honduras o Ecuador? Hasta la fecha, la ONU, la Unión Africana, Estados Unidos y Francia han exigido a Gbagbo que entregue el poder al presidente electo Alassane Ouattara.

Dejando a un lado temas como los minerales o la venta de armas -hay informes que revelan que el Pentágono financió a soldados africanos a través de programas de Africom-, uno de los puntos fuertes para que, por ejemplo, la Unión Europea no se haya sumado a la condena se encuentra en el cacao. Según informes de la Organización Internacional del Cacao, después de Estados Unidos con 750.000 toneladas anuales, los mayores consumidores son Alemania (317.000), Francia (235.000) y Reino Unido (225.000) -España consume 105.000 toneladas-. Si la media de consumo a nivel mundial se sitúa en los 614 gramos per cápita, en países como Bélgica se sobrepasan los cuatro kilos por persona.

¿Qué papel juega Costa de Marfil aquí? Pues el 40% de la producción mundial viene de este país -si bien desde 2006 el petróleo y el gas le superan en ingresos con unos 1.000 millones de dólares anuales- y los productores están del lado del ex presidente, y no de Ouattara. El 80% del cacao producido en la Costa de Marfil proviene de 800.000 plantas cultivadas por familias campesinas, siendo esta ocupación la única base para su existencia.

Son muchos los analistas que sugieren que las principales multinacionales del cacao, a saber, Cargill y Archers Daniels Midland (EEUU); Tropival (Reino Unido) y Barry Callebaut (Bélgica) están apoyando al gobierno de Gbagbo, no sólo por el dinero que está en juego sino, además, para continuar ocultando las numerosas denuncias que pesan sobre estas compañías acerca de la explotación infantil. Una vez más, Occidente esquilma los recursos -y las personas- de los países en vías de desarrollo. Con la llegada de estas multinacionales, el precio garantizado a los productores y las reservas nacionales desaparecieron. Un ejemplo de ello es cómo Archers Daniels Midland se hizo con la mayor empresa productora de cacao de Costa de Marfil, Sifca. La participación de las firmas multinacionales en el mercado cacaotero de este país se ha incrementado exponencialmente, dejando a los pequeños productores al margen.

Un mercado, el del cacao, que mueve demasiados intereses en Costa de Marfil, siendo foco y origen de corruptelas y crímenes atroces con desaparición de periodistas incluidas, tal y como ponía de manifiesto en 2007 un informe de Global Witness; y que está sujeto a la continua especulación. Por otro lado y en lo que a la relación con EEUU se refiere, nos encontramos con que el ex presidente Laurent Gbagbo siempre estuvo muy cercano al Gobierno demócrata de Bill Clinton, mientras que Alassane Ouattara es más afín a los republicanos. En esta misma línea, no podemos olvidar que los comicios han sido financiados en gran parte por The National Endowment for Democracy (NED), afincada en Washington.

Esta es una pequeña radiografía de lo que a veces se dejan en el tintero los medios de comunicación cuando analizan la situación política de los países africanos. Para ampliar información, no dejen de leer la interesante tribuna de Jendayi E. Frazer y Nicolas Berggruen en El País o de escuchar el siguiente audio con el análisis de Fernando Velázquez, desde el Colectivo Pueblos Sin Fronteras, de Radio Pacífica, en Estados Unidos:


Audio publicado en Más Voces : http://masvoces.org/Los-intereses-extranjeros-en-la
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1 comentario

  1. Gracias, David. Detrás de todo, como siempre.... el poder del "money"...

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