Aguirre convierte a Madrid en albergue gratuito

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), esa en la que el Papa espera reunir a a unos dos millones de personas del 16 al 21 de agosto en Madrid, la pagaremos más que nunca. A pesar de que en su día Rouco Varela indicó que el acto podría suponer "un estímulo económico para la ciudad" y que los gastos de viaje, alojamiento y comidas de los participantes correrían a cargo de los propios jóvenes, ya no será asi. Esperanza Aguirre se ha encargado de ello con el anuncio de la cesión gratuita de hasta 800 colegios públicos para acoger a al menos 1,5 millones de peregrinos que visiten Madrid para la JMJ. Adiós a los ingresos de los hosteleros y bienvenido el gasto público. Ecuación perfecta estando en plena crisis.

La 'lideresa' vuelve a equivocarse, faltando al respeto de todos cuantos no compartimos -y hasta detestamos- buena parte de las actuaciones llevadas a cabo por la Iglesia católica, la misma que receta "tratamiento espiritual" a un exobispo pederasta. El JMJ tiene ya el apoyo de la Administración -y, por ende, de todos los españoles, nos guste o no y aunque no se trate de una visita de Estado, sino religiosa-, el de jugosos patrocinios o, incluso, el de un buen puñado de medios de comunicación.

A la luz del fiasco económico que supusieron las visitas del Papa a España el año pasado, la medida de no cobrar el alojamiento a los turistas religiosos parece una gravísima equivocación, algo sólo tan descabellado como sería ceder los colegios para la próxima final de fútbol que se juegue en Madrid, pues este deporte de equipo transmite los valores de solidaridad, compañerismo, nobleza, etc. a nuestros jóvenes, apartándoles de las drogas y el mundo materialista (ironía).

Y mientras, el Ayuntamiento de Madrid prohibe la primera procesión atea, organizada para el Jueves Santo por La Fervorosa, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Ateos de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores, la Playa de Lavapiés, Volia, Cruento Cuento y Albatros, entre otros; y los grupos apostólico-romanos se sienten escocidos. El mundo al revés.