La boda real británica: todo un cuento de hadas con dictadores a la mesa y 2.000 millones de audiencia

Estamos a dos días de la boda real británica y ésta no ha hecho más que constatar lo loco que está el mundo. La boda está generando unas 9.000 menciones al día en Internet, o una cada 10 segundos. Más de 12.000 periodistas se han acreditado ya para cubrir este evento, batiendo así todos los récords, con la peculiaridad de que la cobertura por parte de los medios estadounidenses está superando a la británica, imagino que porque para ellos la monarquía les resulta tan ajena que parece un cuento de hadas.

El caso es que se espera que la boda sea seguida por más de 2.000 millones de espectadores. El área de Buckingham ya cuenta con su propia mini-ciudad mediática, con 22 estudios de televisión, más de un centenar de camiones que suministran energía e infraestructura para más de 500 kilómetros de cables con los que garantizar que nada falla, y miles y miles de euros en concepto de alquiler de todo ese espacio. Como dato, los chicos de la prensa gráfica no han pagado menos de 1.100 euros por una sola localización desde donde internar sacar sus fotos.

Y me pregunto yo: ¿está justificada esta locura mediática? A fin de cuentas, ni siquiera estamos hablando de la boda del heredero de la corona, porque antes está su padre, el príncipe Carlos, que para eso tiene su particular récord aguardando la corona 59 años, dos meses y 15 días. En lugar de ver el fervor que presencio en medios y espectadores, deberíamos estar indignados con los gastos de la boda -sobre todo los ingleses tras ver cómo su sistema sanitario se tambalea tras los recortes de Cameron-, por mucho que éstos corran a cargo de los padres de los novios, el Estado sólo se encargue de la Seguridad y se esperen ingresos de 700 millones de euros a su economía. Para hacer una idea de los gastos, los padres de la novia 'sólo' pagan el traje de la novia y la luna de miel y eso ya superará las 100.000 libras.

Pero sobre todo, deberíamos estar indignados TODOS porque a pesar de ser uno de los países que más ha arremetido contra las dictaduras árabes y, en concreto, contra Gadafi, al banquete están invitados hasta 8 dictadores, según Human Rights Foundation (HRF). A saber: el príncipe heredero de Baréin, Salman bin Hamad, y el de Abu Dabi, el jeque Mohamed bin Zayed al Nahyan; el jeque de Kuwait Sabah al Ahmed al Sabah; la princesa de Marruecos Lala Salma; el emir de Catar, Hamad Bin Jalifa al-Thani; y Sayyed Haythan bin Tariq Al Said de Omán, entre otros. "Todos ellos representan a gobiernos que están oprimiendo los derechos humanos y negando la democracia en el mundo árabe", apunta HRF.

Pero eso da igual. Las masas aborregadas seguirán de cerca, con auténtica pasión, la perpetuación de la monarquía o, dicho de otro modo, de la violación de la democracia más aceptada del mundo.
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