El oasis de la izquierda en Milán

Europa es conservadora, de cabo a rabo. Por eso mismo, victorias como la de Milán se presentan para la izquierda como una oasis en mitad del desierto teniendo, además, un valor adicional: la derrota de Berlusconi, cuya presunción de inocencia en los casos de corrupción y mal gobierno hace mucho tiempo que pasó a mejor vida. A pesar de los fantasmas que Il Cavaliere se encargó de propagar, aludiendo a que la izquierda convertiría Milán en 'gitanolandia' o en un nido de islamistas, su derrota ha sido aplastante. Curioso, la misma ciudad en la que le estamparon un Duomo en la cara. Y Nápoles también se ha sumado a este giro a la izquierda.

La Liga Norte comienza a ver su asociación con Berlusconi como un lastre que le resta poder y, si decide retirar su apoyo, podría peligrar el propio gobierno. Ya sucedió en el debut político de Il Cavaliere en 1994, cuando sufrió la retirada de este apoyo y, con ello, su derrota. Le ha llevado 20 años a la izquierda recuperar Milán. ¿Qué sucederá en las elecciones generales, previstas para 2013? Con la coalición de centro-derecha en peligro, una situación económica precaria, una cuarta parte de los jóvenes en paro, la ecuación indica que se resolverá por la vía anticipada, pero con Berlusconi nunca se sabe.

Pero la izquierda no puede dormirse en los laures porque, como oasis que es, también puede convertirse en un mero espejismo si no se anda con cuidado. Si algo han demostrado las urnas en Italia es que no atienden a la lógica, no siguen las directrices de la justicia moral, de la prudencia. Hoy mismo se reactiva el caso Ruby que podría condenar a Berlusconi por corrupción de menores y prevaricación -por mucho que asegure que cuando sacó a la menor de la cárcel era porque pensaba que era familia de Mubarak-; lo que se suma a otros tres juicios por corrupción pendientes. Y de todos, por ahora, ha sabido salir airoso este magnate de 74 años, cuya riqueza según Forbes asciende a 9.000 millones de dólares. Por cierto, adivinen cómo comenzó a amasar esta fortuna: construyendo pisos en Milán (luego ya vendrían sus devaneos mediáticos). Y, con todo, su lista de seguidores y apoyos en todo el país sigue siendo interminable.

Así es la Democracia, el perfecto consuelo de que si el gobernante es malo, fue encumbrado por la mayoría y, por tanto, se reparten las cuotas de culpa. Hace mucho tiempo que un buen amigo mío, que pasó muchos años en Italia, predijo que España parecía una mala secuela de la 'bota de Europa'. Años después, con unas elecciones llenas de imputados, con informes de peritos como el que ayer salía a la luz acusando a Fabra de defraudar casi 2 millones de euros, con democracias internas de partidos en crisis y la externa desangrándose, comienzo a creer que tenía razón.
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2 comentarios

  1. Excelente post, con el que comulgó. Es un placer leer verdades tan bien escritas. Saludos

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  2. Muchas gracias, Delia! Te agradezco mucho el apoyo. Saludos

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