España investiga más que patenta

Hoy firmo en Público un artículo sobre el I+D en energia solar, polémico, como siempre que se habla de investigación en nuestro país. La idea central del artículo es que España es líder en esta energía, ocupando los puestos de cabeza tanto europeos como mundiales en capacidad y generación, pero no somos propietarios de buena parte de la tecnología en cuya investigación tanto empeño y sacrificio destinan muchos de nuestros profesionales.

Es un hecho que se refleja en el escaso número de patentes que se desarrollan en España. Como también lo es en quiénes se encuentran detrás de la financiación de los mayores proyectos de investigación: el Estado, desde luego, no apuesta todo lo que a veces se desprende de su discurso. Basta mirar a ISOFOTON, una de las empresas que a todo el que se pelea día a día en esto del I+D solar le gusta poner como ejemplo -de hecho, fue fundada por el prestigioso profesor Antonio Luque, actual director del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid-: de los 9 proyectos de I+D en los que participa actualmente la empresa, tan sólo tres están directamente participados por los ministerios de Industria o Ciencia e Innovación, 6 de ellos dependen totalmente de la financiación de la Unión Europea y más del 40% está coordinado por otros países.

Un informe de finales del año pasado promovido por el Programa de Medio Ambiente de la ONU (UNEP), la Oficina Europea de Patentes (EPO) y el Centro Internacional de Comercio y Desarrollo Sostenible (ICTSD), desvela que nuestro país se situó en el puesto 16 del ranking de patentes en este campo, viéndose superada no sólo por vecinos europeos del tamaño de Alemania, Francia o Reino Unido, sino también por otros como Italia, Austria o Bélgica. Mucho mejor nos encontramos en la termosolar, situándonos en el puesto noveno del mundo. Tan sólo en la energía eólica nuestro país consigue situarse entre los cinco primeros por patentes.

¿Dónde radica el problema? Pues no sólo es político -que eso es más que evidente- sino también cultural. Las patentes son un termómetro del I+D y en España, por algún extraño motivo -en el artículo de Público se dan algunas pistas- no se patenta todo lo que se debiera. No es plato de buen gusto escribrir un artículo en el que la comunidad investigodora no sale bien parada, sobre todo, cuando uno sabe de primera mano la calidad de los profesionales con que contamos. Pero incluso éstos, si dan un paso atrás, son conscientes de que el problema no sólo es político, es estructural y, sobre todo, orgánico. Como en tantos otros ámbitos, en el de I+D hace falta una limpieza de gerentes acomodados YA. Pero mientras no sean los propios investigadores -que pagan justos por pecadores- los que pongan denuncien sin tapujos, no habrá nada que hacer. En juego está su beca, cierto. Pero la beca dura lo que dura y ¿después?
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1 comentario

  1. ¿España investiga?
    JA
    España gasta nominalmente en I+D lo que sea pero ¿Que recibe a cambio? NADA solo los sueldos que les dan a aenchufados para estudiar cosas absurdas que no reportananda a la sociedad
    prueba de ello NO SE PATENTA NADA
    PERO NO SE PATENTA NADA PORQUE NO SE DESCUBRE NADA

    LA DECISION DEINVERSION EN I+D ES ABSURDA Y
    ABSURDOS SON LSO RESULTADOS


    NO EXISTE UNA FORMACION EN LA RESPONSABILIDAD DEL TRABAJO NI EN LSO RESULTADOS DEL MISMO POR LO TANTO NO PUEDE HABER RESULTADOS

    ESO VIEN DE LA ESCUELA PRIMARIA DONDE TODO VALE Y TODOS PASAN HAGAN LO QUE HAGAN COMO SI NO HACEN NADA

    ESO ES CORRUPCION

    ¿QUIEN LA CRITICA?

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