Nada tiene que perder quien no tiene nada

Pero lo grave no es eso, lo grave es la magnitud real de la cifra y cómo el Gobierno se ha lavado las manos atribuyendo la mayor parte del incremento del último mes a los recortes a cometidos en Comunidades y Ayuntamientos. Y en parte tiene razón, pero no es esa la reflexión que pide la sociedad y mucho menos la solución que demandan los desempleados.

Como tampoco es solución la que sugiere Dolores de Cospedal siguiendo, curiosamente, los pasos de José Bono: "Los trabajadores deben tener un mínimo de cobertura y habrá que negociar hasta qué punto la tienen que tener todos en la extensión que ahora, o sólo una parte o todos". O, lo que es lo mismo, nuevo tajo social amparándose para ello en la reforma constitucional que nos colaron negando, precisamente, recortes sociales. 

Sorprenden este tipo de declaraciones por parte del PP, dado que tiene mucho más que perder que ganar. Desde el punto de vista de la honestidad, se agradecen, porque lo legítimo es que cada partido ponga boca arriba sus cartas. Pero desde el punto de vista estratégico, dañan al PP, puesto que no todos sus votantes son amigos de recortes sociales pero todos los amigos de recortes sociales son sus votantes. Al menos en las próximas elecciones. Por eso se hacen innecesarias esas declaraciones que lo único que pueden hacer es espantar a indecisos que ya sufren día tras día los envites del equipo del 'candidato Alfredo' metiendo miedo con el "que viene la  derecha, que viene la derecha" (leer con voz cavernosa), mientras olvida sus propios recortes sociales.

Por eso, como siempre en este mundo tan asqueroso de la política, luego vinieron las matizaciones de De Cospedal, pero el aviso ya estaba lanzado. Y las matizaciones dejan igual a esos 4.226.744 desempleados con alma de 5 millones. Y que se tiren la pelota Gobierno y Autonomías o, lo que es lo mismo, PSOE y PP, no soluciona nada ni ataja los problemas de raíz. Y mientras, siguen los insultos de pensiones millonarias a directivos de bancos intervenidos, sueldos de más de 100.000 euros netos al mes a políticos, recortes en Sanidad y Educación de quienes dicen que esas partidas son intocables, subidas de comisiones bancarias y cobro sólo por pedir información de hipoteca mientras se niegan los créditos, sospechas de comisiones ilegales...

Y el pueblo, aguanta y aguanta y se manifiesta pacíficamente. Pero todo tiene una límite, y saltada la chispa -está apunto de hacerlo- la ruptura social será insalvable, porque nada tiene que perder quien no tiene nada.