Zaplana busca empleo

Los últimos movimientos realizado en la cúpula directiva de Telefónica Europa han dejado fuera a Eduardo Zaplana, el que fuera ministro popular en la era Aznar. Desde que dejara la política en 2008, Zaplana venía trabajando para la operadora. En realidad, fue algo más parecido a un destierro político, porque Zaplana pasó de ser virtual número dos del partido a que Rajoy no contara con él para el nuevo rumbo político que quiso dar al PP, excluyendo al núcleo duro con figuras como el propio ex-alcade de Benidorm -gracias a una tránsfuga socialista- o Acebes.

Semanas antes de conocer su cese de Telefónica, que le ha dejado sin un sueldo de 200.000 euros anuales más bonus, Zaplana ya comenzó a realizar algunos movimientos. Para empezar, se dejó caer por Madrid, en plena composición del nuevo Ayuntamiento de Madrid, y se reunió con Ana Botella. Ahora sí es bienvenido en el consistorio de la capital, porque la pugna Gallardón-Zaplana es antológica, hasta el punto de que el actual ministro de Justicia no perdona al ex consejero de Telefónica que luchara por excluirle de las listas al Congreso en 2008. Paralelamente, en las semanas previas a su cese, Zaplana intensificó sus contactos con la élite empresarial valenciana, posiblemente al calor del futuro Corredor Mediterráneo.

Gran amigo del díscolo Álvarez-Cascos, al que califica de "hombre excepcional", e íntimo del imputado Jaume Matas, Zaplana ha sido otro de los capos políticos implicados en el caso Palma Arena tras intervenir conversaciones telefónicas con el matrimonio Matas. ¿Cuál será ahora su destino? Queda descartada una vuelta a la política activa: demasiado trabajo y menos pasta... sobre todo para mantener el tren de vida que ha conseguido con Telefónica. Es cuestión de semanas averiguarlo y si no, siempre quedará FAES y Aznar, que anda rescatando a sus viejos paladines olvidados por Rajoy, como es el caso de Astarloa.
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