Obama anda en la cuerda floja. A pocos meses de las elecciones
presidenciales, Irán puede jugarle una mala pasada. Sus rivales lo saben
y lo aprovechan utilizando la estrategia del miedo. A las puertas de
su, probablemente, ‘Super Martes’, el candidato republicano Mitt Romney
lanzaba un mensaje: “Si Obama es reelegido, Irán tendrá un arma nuclear y el mundo cambiará”. Casi ná.
¿Y qué debería hacer Obama? Parece evidente que iniciar otra guerra
le apearía definitivamente de la Casablanca, por mucho que los
republicanos metan ese miedo. De hecho, lo saben perfectamente y buscan
premeditadamente arrastrar al presidente a un problema sin solución*.
Por eso, el mensaje oficial de EEUU, con el que se viene a respaldar la
política actual de NO a la guerra, es que Irán, aunque tiene el poder y
la tecnología para ello, aún no ha decidido construir un arma nuclear,
pero el estallido de un conflicto sería el empujón final para hacerlo.
Así que, al menos hasta pasado noviembre y salvo imprevistos, no habrá
guerra.
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