Populismo socialista

Tal y como anuncia hoy en su blog Nacho Escolar, Rubalcaba sigue adelante con lo anunciado en el Congreso de Sevilla que le encumbró como secretario general del PSOE y pedirá la anulación del concordato con la Iglesia católica. La iniciativa llega tarde y mal, como muchas de las propuestas que surgen ahora del PSOE tras dos legislaturas en el Gobierno.

Ese es el gran reto del PSOE -que no supera nunca- cada vez que lanza una propuesta de calado como ésta: ¿Por qué no lo hizo antes? Dicho de otro modo, estas medidas ahora, en oposición, sabedores de que con la mayoría absoluta del PP son imposibles de ejecutar, desprenden un cierto tufillo populista de cara al electorado socialista que, si está medianamente informado, reparará en ello.

La propuesta coincide con la peregrinación de Rouco Varela, Ana Botella y 4.000 jóvenes a Roma para agradecer al Papa su visita durante la JMJ. La alcaldesa de Madrid dió muestras de su ingenuidad al asegurar que "no hay nadie en el mundo en estos momentos, ni un cantante de rock ni un político que consiga atraer a tantas personas, a tanta juventud como la que estuvo en Madrid durante la visita del Papa". Cierto es que un político, tan desacreditada como está la clase política, es impensable que reúna a tanto jóvenes. Sin embargo, se equivoca en un aspecto, mal que le pese, las fiestas del Orgullo Gay europeo en 2007 (Europride) reunió en Madrid un millón más que la JMJ, aunque entonces no se cedieran los colegios para alojar a los visitantes de todo el mundo ni se hicieran rebajas en el transporte superiores al 80%.
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