El escándalo en Londres por el fraude de Barclays Bank y sus manipulaciones de los tipos de interés interbancarios ha sido un shock
para los británicos. Han pasado de tener la capital financiera de
Europa a la capital del fraude, con permiso de España, claro, que en
materia de estafas bancarias también ganamos la Eurocopa.
El escándalo, como digo, ya se ha cobrado dos altos cargos,
el presidente de la entidad, Marcus Agius, y su consejero delegado, Bob
Diamond -tiene guasa el apellido en estas circunstancias-. Ya es más de
lo que siquiera podríamos soñar en España. También cayó una multa
millonaria de más de 360 millones de euros en
el Reino Unido y Estados Unidos por manipular el Libor, el tipo de
interés interbancario fijado en Londres, y su equivalente europeo, el
Euribor, entre 2005 y 2009. Pero lo que ya es de ciencia ficción desde
la óptica española es que Cameron haya anunciado una comisión
parlamentaria para investigar el asunto.
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