Los Juegos de la crisis: su factura real


A menos de una semana para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres y con el país en plena recesión económica, la guerra de cifras en torno a costes e ingresos se recrudece. Su coste en los primeros planes publicados en 2005 ascendía a 2.400 millones de libras (unos 3.000 millones de euros), pero en 2007, la cifra escaló hasta los 9.300 millones de libras (11.800 millones de euros). Entonces, la Oficina Nacional de Estadística advirtió de que las inversiones públicas prácticamente se habían triplicado mientras que las privadas se habían reducido un 2%. Hace apenas unas semanas, el Parlamento desvelaba que los costes asociados a los Juegos (tanto Olímpicos como Paralímpicos) rondarían los 11.000 millones de libras (14.000 millones de euros).

A esta progresiva desviación en los presupuestos iniciales aún se sumarían las cifras publicadas por la cadena Sky Sports, que en un reportaje de investigación revelaba que los costes podrían alcanzar los 24.000 millones de libras (30.500 millones de euros). Sólo las autoridades locales de Newham, donde se celebra la mayoría de las competiciones, habría desviado 40 millones de libras (casi 51 millones de euros) de las arcas municipales para el Estadio Olímpico y 700.000 libras (890.000 euros) para otros proyectos asociados.

La polémica en torno al gasto público para el evento ha estado presente desde el comienzo, acentuándose con hechos como los acontecidos alrededor de la construcción de la Villa Olímpica, presentada por el Gobierno y ayuntamiento de Londres como un proyecto de regeneración urbanística. La obra recayó en la compañía australiana Lend Lease, con un presupuesto que rondaba los 1.000 millones de libras (1.200 millones de euros). Sin embargo, tras el estallido de la crisis, la compañía hubo de retirarse recayendo todo el peso de la construcción en el bolsillo del contribuyente. Posteriormente y como gotas que colmaban el vaso de la paciencia del ciudadano, han aparecido inversiones consideradas evitables, como el monumento de Piedras Jurásicas del artista Richard Harris en Weymouth (Dorset), cuyo coste ha alcanzado las 335.000 libras (426.000 euros).

Obras del Estadio Olímpico en 2009 (David Poultney, ODA)
Asimismo, el fiasco de hace unos días en torno a la seguridad -por el incumplimiento de contrato de G4S, la contrata de la seguridad de los JJOO-, que absorbe un presupuesto de 553 millones de libras (algo más de 700 millones de euros) y un despliegue militar en la capital británica que supera en 4.000 efectivos al dispositivo actual en Afganistán, hizo emerger, incluso, la hipótesis de cancelación por amenaza terrorista. Ante esa posibilidad, aseguradoras como Munich Re hablan de pérdidas generales de 4.000 millones de euros –el equivalente a los seguros del Mundial de Sudáfrica en 2010.

Turismo millonario... o no 
Asumidos los costes, con mayor o menor desviación, toca mirar el retorno de las inversiones. Así, el primer ministro británico, David Cameron, asegura que los Juegos Olímpicos generarán 13.000 millones de libras (16.500 millones de euros) en los próximos cuatro años. Desde su punto de vista, la apuesta inversora por el evento no debería verse “como un lujo en tiempos difíciles”, sino como una oportunidad de “vender Gran Bretaña al mundo”. 

Rescatando el mismo espíritu de las últimas Olimpiadas de Londres –en 1948, tras la Segunda Guerra Mundial-, el premier reivindicó durante un reciente discurso en la universidad de Loughborough que, “precisamente por encontrarnos en tiempos duros, tenemos que sacar el máximo partido de estos juegos para impulsar el empleo y el crecimiento de la economía”. Otras fuentes, como un informe publicado por el Lloyds Bank, hablan incluso de ganancias de 16.500 millones de libras (21.000 millones de euros), donde el turismo será un pilar básico.

Vista aérea del Parque Olímpico (ODA)
Sin embargo, no todo el mundo considera que los JJOO beneficiarán al ciudadano medio, sino más bien a un grupo reducido. Una reciente encuesta de la BBC revelaba que el 74% de los británicos no cree que el resto del país, al margen de Londres, saque partido de los JJOO, mientras que casi un 60% está convencido de que el contribuyente ha sido excesivamente gravado por el evento. Un sentir que se ve aún más reforzado con valoraciones de alguna de las agencias de calificación, como es el caso de Moody’s, que no corrobora las cifras expuestas desde el Gobierno, estimando sólo un ligero impulso económico y destacando, además, la transferencia que ya se ha producido a la economía real con el coste de 6.000 millones de libras que ha supuesto la construcción del Parque Olímpico y el resto de las sedes. Desde la oposición, la responsable de los JJOO, Tessa Jowell, asegura que los Juegos han servido para mantener a flote los libros de pedidos de las empresas.

Hoteles sin cartel de completo 
A pesar de las previsiones iniciales, ni siquiera en el plano turístico llueve a gusto de todos. La Asociación de Tour operadores Europeos calcula en unas 125.000 habitaciones la capacidad hotelera de Londres. De esas habitaciones, unas 40.000 habrían sido bloqueadas por el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos (LOCOG), reservándolas a precios rebajados para miembros (y familiares) de los diferentes Comités Olímpicos.

Según denuncian los tour operadores, esto habría distorsionado el mercado, obligando a los hoteleros a subir los precios de las habitaciones, lo que habría provocado la caída en las reservas hoteleras, rondando ya el 30% y beneficiado a otros destinos turísticos como París, Dublín o Barcelona. Ukinbound, la asociación que agrupa a tour operadores y hoteles británicos, asegura que la mitad de sus asociados está registrando caídas de en las reservas para verano. En palabras de Mary Ance, consejera delegada de Ukinbound, “si alguna vez hubo un momento para que el Gobierno aborde los asuntos clave del turismo más allá de los JJOO es ahora. El sector está muy preocupado y el Gobierno debería estarlo también”.

La polémica escultura Piedras Jurásicas de Richard Harris (R.H.)
La directiva admite que “las expectativas económicas para el turismo no son muy altas, aunque esperamos que la expectación mediática que se ha despertado alrededor de los Juegos despierte el interés en Reino Unido como destino, aunque esto no se traduzca necesariamente en el número de reservas”. Ance denuncia que el Gobierno no ha hecho todo lo necesario por incentivar el turismo: “tenemos las tasas aéreas más elevadas del mundo y los procesos de visados son extremadamente complejos”. Desde Ukinbound reclaman imitar modelos como el de EEUU, que se ha esforzado por atraer turistas de países como China, Rusia e India, siendo para ello preciso flexibilizar el proceso de visados.

La Asociación Británica de Hostelería se une a esta preocupación y su portavoz, Miles Quest, asegura que “aunque esperábamos el cartel de completo, todavía hay habitaciones vacías”. Ante este escenario, los hoteles han comenzado a rebajar sus tarifas y según webs especializadas como Hotels.com, los precios en el último mes habrían caído una cuarta parte, hasta las 160 libras –aunque algunas están disponibles aún por menos. No obstante, Londres es sinónimo de lujo y hoteles de 4 estrellas como Radisson Edwardian New Providence Wharf en Docklands aún mantenía las casi 600 libras como el precio más barato durante los JJOO.

Quest indica que “es necesaria una mayor inversión en VisitBritain para promocionar Reino Unido en los próximos años, tanto en el exterior como en el interior”. El portavoz de la Asociación Británica de Hostelería espera que “la herencia de los Juegos de Londres traiga beneficios a largo plazo. Las Olimpiadas del 92 pusieron a Barcelona en el mapa y Londres es un destino mayor para el turismo de ocio y negocios”.

Paraíso fiscal temporal 
 Por otro lado, colectivos sociales como Occupy London denuncian el paraíso fiscal temporal en que se convertirán los JJOO para los patrocinadores, entre los que destacan VISA, Coca Cola o McDonald’s, entre otros, que gozarán de situaciones privilegiadas durante el evento, como ser el único medio de pago u ostentar el monopolio de la venta de comida rápida de marca. Además y como parte de la contrapartida por ser patrocinadores, la Hacienda británica establece una exención temporal del Impuesto sobre Sociedades, así como del gravamen de los ingresos para algunas sociedades no residentes. Así, no sólo empresas, también los propios deportistas, el LOCOG, jueces, árbitros, técnicos o, incluso, la prensa internacional, estarán exentos de declarar sus ganancias durante los JJOO.

La asociación de consumidores Ethical Consumer ha identificado hasta 18 compañías que se beneficiarán de este paraíso fiscal, entre las que se encuentran Acer, Atos, General Electric, Samsung, Panasonic, Adidas, BT, BMW o British Airways, entre otras.

Polémicas expropiaciones 
Cuando los Juegos Olímpicos 2012 fueron concedidos a Londres, una de las primeras preguntas que saltaron fue dónde construir la práctica totalidad de instalaciones deportivas que, por aquel entonces, la capital británica no tenía. Las expropiaciones y los desahucios se convirtieron en parte de la respuesta a esa cuestión. Así, hacia 2007 el complejo de viviendas sociales de Clays Lane State, situado donde hoy se levanta el Parque Olímpico, fue demolido dejando en la calle a 450 inquilinos, la mayor parte de ellos de colectivos desfavorecidos.

Aquel complejo social, uno de los mayores de Europa, se había levantado en el East London en 1977 para alojar a los miembros más vulnerables de la zona. Julian Cheyne es uno de los antiguos inquilinos de Clays Lane State; residió allí desde 1991 hasta 2007, cuando fue desahuciado y vio cómo el que había sido su hogar durante casi dos décadas se venía abajo.

Julian Cheyne (Museo de Londres)
En la actualidad, Cheyne vive en Tower Hamlets, situado en el siguiente distrito –Stepney Green- a menos de cinco kilómetros de su antiguo hogar en Newham y se ha convertido en uno de los mayores críticos con todo lo que rodea a estos Juegos, habiendo puesto en marcha la web Games Monitor, desde la cual tratan de denunciar lo que a sus ojos es el impacto real de las Olimpiadas. Según relata, los antiguos vecinos de Clays Lane State no sólo mantienen el contacto, sino que han constituido la asociación de Antiguos Inquilinos de Clays Lane (CLFTA), luchando aún con las autoridades por tener lo que consideran un trato justo. Cheyne recuerda con cariño la última cena de Navidad de la asociación, a la que asistieron 25 miembros: “algunos son felices porque han rehecho sus vidas; otros, en cambio, están desolados, llegando a duras penas a fin de mes porque Clays Lane era muy barato”. 

Entonces y aunque hoy la imponente Villa Olímpica eclipsa tiempos pasados, los procesos de expropiación y desalojos fueron muy polémicos. El portavoz de los damnificados por los desahucios culpa a todos los agentes implicados de las injusticias cometidas, desde las autoridades locales, con la Agencia de Desarrollo de Londres (LDA) a la cabeza, “que demolió nuestro hogar sin indemnizarnos suficientemente, mintiendo, incumpliendo promesas”, a la propia fundación que gestionaba el complejo de viviendas (CBHA y Peabody Trust), que “nos mintió, negó a algunos vecinos el derecho de ser realojados y nos arrebató parte de las indemnizaciones por razones que aún hoy no conocemos”. En cuanto al ayuntamiento, que ha rechazado hacer declaraciones, el representante asegura que “nos utilizó para negociar con la LDA la construcción de nuevas viviendas, pero nos negó el derecho a poder acceder a ellas, impidiendo que volviéramos a ser una comunidad”. 

Desde entonces, Cheyne se ha convertido en un activista muy crítico con los Juegos Olímpicos, no sólo con los de Londres. Así, recuerda como “en todas las sedes olímpicas se producen expropiaciones y desahucios. En las de Pekín, se estima que fueron desalojados cerca de medio millón de personas y en Río de Janeiro, de cara al Mundial de Fútbol 2014 y las Olimpiadas 2016, se habla de unas 175.000 personas en peligro de ser desahuciadas”.

El antiguo inquilino de Clays Lane es tajante al afirmar que “con los Juegos habrá ganadores y perdedores, como siempre, pero de lo que estoy seguro es que no beneficiará a los residentes del East London, y tampoco a Reino Unido en su conjunto”. En su opinión, los Juegos, en realidad, “no son más que una competencia por la atención de las grandes multinacionales y el COI se convierte en un mero aliado del sector empresarial”. En este sentido, recuerda que “aunque en 2002 el Gobierno publicó el informe Game Plan en el que se decía que Reino Unido no se beneficiaría económicamente de los JJOO, siguió adelante”. 

(Reportaje en Público, Julio 2012)
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