Ayer sucedió un hecho en el que, quizás, no todo el mundo reparó. El ganador de la final de tenis de Londres 2012
lucía dos muñequeras con la bandera de su país, que en el sentido
estricto de la palabra no es al que representaba. Andy Murray es escocés
y esa es la enseña de sus muñequeras, aunque juega por Reino Unido… y
aunque Escocia está volcada con su futuro referéndum de independencia.
Nadie protestó y el COI no lo consideró un gesto político. De haberlo
hecho, Murray se habría llevado una buena reprimenda. Los símbolos que
el COI considera políticos -no los políticos en sí, como vemos- están
expresamente prohibidos. Ya le sucedió hace unos días al boxeador
australiano Damien Hooper, cuando se le ocurrió mostrar una camiseta con
símbolos aborígenes y el COI cargó contra él. Entonces, el diario Gara publicó un duro editorial poniendo más el énfasis en la ikurriña, claro.
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