¿De qué nos sorprendemos? ¿Esperábamos que nuestro Gobierno (y el
marroquí) actuaran de otro modo en el desalojo de los 83 subsaharianos
de la Isla de Tierra? Ojo, no pregunto si deseábamos que se cumpliera,
no ya con humanidad, sino con legalidad. Pues ni lo uno ni lo otro. Tal y
como denuncian numerosas ONG, el Gobierno de España actuó de manera ilegal y en absoluto puede calificarse su operación de “modélica” ni de “éxito”, como asegura el Ejecutivo.
La realidad es que por el hecho de que dos países, España y
Marruecos, se pongan de acuerdo en algo, no quiere decir que sea legal.
Más aún considerando que ninguno de los dos tienen un historial limpio
en lo que a gestión de los inmigrantes se refiere. Para empezar, que el
desalojo del islote se realizara con nocturnidad no tiene justificación
alguna… salvo ocultar a los medios de comunicación los métodos empleados
para ello. Los inmigrantes expulsados declaraban ayer en una emisora de
radio cómo habían sido golpeados, maltratados por las autoridades. En
esta ocasión, ningún ministro ha podido salir a la palestra y justificar
el apaleamiento como respuesta al lanzamiento de cócteles molotov de
estos anti sistema… mal que les pese.
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