Medidas eficientes de mala educación

Nuevo Viernes de Dolores. La expresión viene al pelo con este Gobierno opusino que hoy, en consejo de ministros, dará un nuevo varapalo a nuestro sistema educativo. Hoy estudiará el anteproyecto de ley de la reforma educativa, esa que no sólo seguirá fomentando lo que es un auténtico cáncer para nuestro sistema público de enseñanza, como son los colegios concertados, sino que además prácticamente impulsará en ellos la segregación por sexos.

Sí, una vez más, una vuelta al pasado que, por otro lado, aún será más patente con el regreso de las reválidas al finalizar cada ciclo, por mucho que al ministro Wert le reviente el término. Se habla en este anteproyecto de refuerzos para alumnos que lo precisen pero eso es precisamente lo que ha eliminado el ministerio y las Comunidad Autónomas con sus recortazos. Con la radical reducción del número de interinos y el aumento de la ratio (hasta 40 alumnos por clase), es imposible ofrecer clases de apoyo como se venía haciendo hasta ahora, con el jefe de estudios dando clases a destajo. Por eso, el anteproyecto de ley es una quimera, de esas de las que el Borbón recomienda huir.


Los recortes se han producido a todos los niveles, hasta el punto de que alumnos a los que se había atragantado la ESO y quisieron cursas este año módulos para poder dar el salto al mercado laboral no han podido: con el tajo ministerial, no quedan plazas en los módulos y han de regresar a la ESO cerrándoles la puerta a lo que se aparecía su mejor salida.

Ese es sólo un ejemplo de lo que está sucediendo en los colegios, lo que no llega tanto a los medios enfrascados en polémicas de libros, material escolar y comedores, dada la gravedad de éstas. Pero hay más, como que en muchos centros los alumnos no pueden elegir optativa porque sólo hay un grupo de 1º de ESO o que haya muchísimos profesores impartiendo asignaturas para los que no están preparados... incluso nativos que sí sacaron su oposición -no como los que quieren contratar a dedo en la Comunidad de Madrid- y que están impartiendo educación física.

Pero Wert sigue diciendo que la calidad de la educación no es cuestión de inversión. En este nuevo curso habrá menos huelgas de profesores (aunque las manifestaciones sí se sucederán). Antes del verano ya perdieron mucho dinero con los paros y ahora, con la eliminación de la extra de Navidad, ya no se lo pueden permitir. Pero ahí entra el apoyo de padres y alumnos, que sí pueden presionar, que sí pueden convocar huelgas de estudiantes que paralicen el sector, dejando claro al ministro Wert de que los recortes sí importan, que "sus medidas de eficiencia" son ineficaces y contraproducentes y, en definitva, de mala educación.