El enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Christopher
Ross, anda estos días en los territorios ocupados del Sáhara Occidental
en una visita histórica. Ya empezamos mal, ¿por qué histórica? ¿Por qué
el máximo responsable de la MINURSO ha tardado 37 años en ver in situ
qué se cuece en los territorios ilegalmente ocupados por Marruecos? A
esa pregunta sólo cabe una respuesta y es la absoluta inoperancia que la
ONU lleva años demostrando -en lo que a mediación se refiere, no a
ayuda humanitaria- en todo tipo de conflictos en general y en el del
Sáhara Occidental en particular.
Seguimos, porque lo que mal empieza, mal acaba. Ayer, la policía y el
ejército marroquíes, reconvertidos en Fuerzas de Inseguridad,
reprimieron con brutalidad una manifestación pacífica de saharauis en el
Aaiún. Ross ha sido, pues, testigo de excepción de la absoluta
imposibilidad de manifestarse de un modo pacífico contra la ocupación
ilegal -y esta afirmación no es gratuita, está avalada por el Derecho
Internacional-. Habrá que ver qué escribe en su informe ante tamaña
violación de Derechos Humanos.
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