PP y PSOE pierden otro tren
A pesar de que hubo algún iluso que vendió humo proponiendo un encierro que no se rompería hasta llegar a un acuerdo, PP y PSOE salieron ayer de la reunión sin consenso para frenar la sangría de desahucios. Ya llegaban tarde, casi 500.000 desahucios tarde para ser exactos, y ayer volvieron a perder el tren de la justicia social, del buen gobierno. Lo que mal empieza, mal acaba y este encuentro ya había comenzado de un modo penoso, excluyendo al resto de fuerzas políticas entre las que están quienes llevan mucho más tiempo que PP o PSOE tratando de detener los desalojos.
Mientras, Jorge Fernández Díaz, ya saben, tan cristiano y piadoso él, cargó contra los policías que sientan la tentación humanitaria de no proceder a los desalojos. El ministro del Interior podía haberse ahorrado unas declaraciones tan duras, podría haberlas eludido con la opacidad o la técnica tan depurada de balones fuera que despliega en otros asuntos, pero prefirió mostrar su verdadera cara, esa que le delata como figura anacrónica más propia del antiguo régimen.
Al mismo tiempo y frente a los eurodiputados, De Guindos dejaba caer que "ninguna familia de buena fe puede quedarse sin techo por crisis económica". ¿Qué es para este Gobierno "una familia de buena fe"? ¿Se considera así mismo un Gobieno de buena fe? Mucho me temo que la respuesta a esa pregunta la conocemos todos y dibuja muy bien el futuro que nos aguarda, a menos que el pueblo sea capaz de cambiarlo.
En el caso de que PP y PSOE consigan llegar a un acuerdo en materia de desahucios, el siguiente caballo de batalla será la retroactividad. Presumiblemente no la habrá, así lo ha dejado claro en círculos más reducidos el propio De Guindos y es posible que sea la moneda de cambio que utilice el PSOE para alcanzar un consenso: sacrificar la retroactividad del acuerdo a fin de alcanzar uno. ¿Qué sucederá entonces con los miles de familia que ya se encuentran en la calle y sin servicios sociales que les respalden?
Mientras, Jorge Fernández Díaz, ya saben, tan cristiano y piadoso él, cargó contra los policías que sientan la tentación humanitaria de no proceder a los desalojos. El ministro del Interior podía haberse ahorrado unas declaraciones tan duras, podría haberlas eludido con la opacidad o la técnica tan depurada de balones fuera que despliega en otros asuntos, pero prefirió mostrar su verdadera cara, esa que le delata como figura anacrónica más propia del antiguo régimen.
Al mismo tiempo y frente a los eurodiputados, De Guindos dejaba caer que "ninguna familia de buena fe puede quedarse sin techo por crisis económica". ¿Qué es para este Gobierno "una familia de buena fe"? ¿Se considera así mismo un Gobieno de buena fe? Mucho me temo que la respuesta a esa pregunta la conocemos todos y dibuja muy bien el futuro que nos aguarda, a menos que el pueblo sea capaz de cambiarlo.
En el caso de que PP y PSOE consigan llegar a un acuerdo en materia de desahucios, el siguiente caballo de batalla será la retroactividad. Presumiblemente no la habrá, así lo ha dejado claro en círculos más reducidos el propio De Guindos y es posible que sea la moneda de cambio que utilice el PSOE para alcanzar un consenso: sacrificar la retroactividad del acuerdo a fin de alcanzar uno. ¿Qué sucederá entonces con los miles de familia que ya se encuentran en la calle y sin servicios sociales que les respalden?
No te preocupes chavalote psoe y pp pactaran lo que les digan que pacten o despacten Pactaran que como la banca no quiere y a mas pisos el Estado se los compre ( a buen precio) y los dedique a viviendas "sociales"
ResponderEliminarAsi que los que tengan el chalete de l millon de euros y no lo puedan pagar ( o no quieran) que se lo reconviertan en un chalete social donde sigan viviendo por 100 euros al mes ( como mucho) y la diferencia que se la pague al banco el Estado es decir con los los impuestos que paga la clase trabajadora
Que buenos son estos curitas del psoe de iu y del pp !que bondades que nos hacen! todo por amor... a los bancos
y los bobopollas sin enterarse
Como le decia Carlos IV a su hijo Fernando:
"pero que tonto eres hio mio, pero que tonto"