Resaca post 14-N: ¿Y ahora qué?

Terminó la huelga general del 14-N. A pesar de que el seguimiento del paro fue inferior al del 29-M, la realidad es que, como sucediera entonces, la culminación del día con manifestaciones multitudinarias por todo el país ha sido un clamoroso 'Basta' a las medidas de austeridad, a que mientras la gente se suicida o una cuarta parte de la población viva por debajo del umbral de la pobreza siga habiendo diputados con sueldos de más 10.000 euros al mes.

¿Y ahora qué? El Gobierno le deja muy pocas opciones al pueblo. ¿Qué sensibilidad tiene este Gobierno para su pueblo cuando minimiza el significado real de lo que sucedió ayer? El ministro de Economía dejó claro que la única política válida es la suya, Rajoy ni siquiera compareció -le cedió el testigo al comisario europeo Rehn, que no debió de enterarse de que media Europa estaba alzada-. ¿Qué mensajes transmitieron ayer los de arriba a la ciudadanía? La CEOE hablando de que "no se puede crispar todos los días", como si lo que hacen ellos es pasar la mano por el lomo al trabajador; el ministro del Interior considerar que 80 detenidos a media mañana es "algo normal en una huelga general"; denuncias de farolas encendidas para incrementar el consumo eléctrico; la prensa gubernamental (ABC) sin publicar una sola foto de las masivas manifestaciones en su edición papel; la Delegada de Gobierno de Madrid haciendo el ridículo reduciendo a 35.000 el número de manifestantes en la capital, los mismos que en Santander, por ejemplo...

Dicho de otro modo, el Gobierno no sólo no tiene intención de ceder ni un ápice, de corregir las políticas que vienen demostrando que no han hecho si no empeorar la situación, sino que además despliega una actitud soberbia, prepotente que desacredita su gestión, que desde el principio por haber llegado con mentiras, está deslegitimada. Entonces, ¿ahora qué? Ya se escuchan voces de huelga indefinida, como la vivida en Francia en 1995 que se llevó por delante a su primer ministro. Quizás eso ayude a dar coherencia a este Gobierno, que ayer entraba en contradicción hablando de "total normalidad en el país" al tiempo que de "pérdidas millonarias". Quizás así el pueblo le ayudaría a alinear conceptos...

Esa es la vía más pacífica, aunque los señoritingos de la CEOE la consideren pura crispación. La otra alternativa ante la pasividad y prepotencia del Gobierno es la radicalización. Así me lo confesaba hace unos días un activista griego en Londres. A fin de cuentas y como ya he advertido en este blog alguna vez, ¿qué tiene que perder alguien que ya lo ha perdido todo? Y cada vez son más los que se encuentran así. Contra esos, ya ni la política del miedo de los Gobiernos tiene efecto, mientras éstos, cegados por su soberbia, ni siquiera son capaces de verlo. Mala estrategia.