De cómo Grillo bloqueó nuestra reforma electoral

(AFP)
Hacer una lectura de lo que ha sucedido en las urnas italianas no resulta tan complicado como algunos quieren ver. Los buenos resultados de Silvio Berlusconi corresponden a ese porcentaje de conservadores que ven en 'Il Cavaliere' la mejor manera de proteger sus intereses económicos, en parte, cargando duramente contra el dictado de Merkel. Tras el triunfo de Beppe Grillo, quienes están hartos de la corrupción política y quieren bienestar social. ¿Votos protesta? Llámenlo como quieran, a fin de cuentas, el envite neoliberal derivado de los políticos cuyo apoyo no se consideraría voto de castigo da pocos motivos para no protestar.

El Movimiento 5 Estrellas del humorista Grillo ha superado el 25% de los votos para la Cámara de Diputados y el 23,7% para el Senado. No son pocos los medios que tachan a Grillo de "populista", que en realidad no es otra cosa que "relativo al pueblo", y eso es lo que es. Sin embargo, esta prensa utiliza el término con fines despectivos, del mismo modo que se emplea "anti-sistema". Ambos conceptos son elogios en estos tiempos: populista porque parece que por fin surgen movimientos por y para el pueblo, no para élites (esas que aún sostienen a sinvergüenzas como Berlusconi haciendo una Italia ingobernable); y anti-sistema porque el sistema actual ha sembrado más miseria que cualquier guerra.

Grillo promote cumplir "todo lo prometido", asegurando que no se venderá al resto de formaciones para tratar de cerrar una gran alianza. El humorista ha conseguido concentrar una nueva corriente de pensamiento, esa que cuestiona las políticas seguidas hasta ahora, a todos los niveles, desde la marcada por Bruselas a la que conduce a guerras con intereses ocultos como la de Libia o la actual de Malí. Y, definitivamente, nace por, para y del pueblo mismo, pues sus candidatos fueron elegidos a través de internet entre personas pertenecientes a todos los sectores laborales, amas de casa, estudiantes, parados, pero ningún político de profesión. No se puede estar más pegado a la realidad.

Habrá quienes no vean unas políticas claras a seguir en el programa del Movimiento 5 Estrellas pero lo que es innegable es que éste marca las políticas a las que seguro no dará continuidad. Y, precisamente por eso, los resultados italianos también tendrán una repercusión en España: el bloqueo definitivo de la reforma de la ley electoral. Si históricamente PP y PSOE se han negado a reformarla a fondo porque saben que les restaría mucho poder y, posiblemente, eliminaría el bipartidismo, ahora, con el auge de las mareas populares a las que ninguno satisface, su debacle sería aún mayor.

Rubalcaba, quizás, sueñe con convertirse en el nuevo Grillo, ese capaz de volver a encantar al pueblo con su discurso, pero nada más lejos de la realidad. Su falta de autocrítica ha cavado su propia fosa política y su única esperanza es no cambiar la ley electoral y confiar en que sea la propia crisis y los desméritos de Rajoy la que le devuelve a La Moncloa. En cuanto al PP, su reflejo es Berlusconi, no Monti, que nadie se equivoque. 

¿Qué conclusión debe sacar la ciudadanía española? Que aún con la reforma electoral bloqueada, merece la pena dar una oportunidad a las fuerzas políticas que apuestan por otro modelo, que nunca han gobernado y, por tanto, que todavía no están manchadas por la corrupción. Merece la pena encumbrar a quienes anteponen los intereses sociales del ciudadano a los económicos, porque los primeros son los que dan valor a los segundos, y no a la inversa. Ese es el cambio de modelo.
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