Óscar López, malo y mártir

El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, cargó ayer con toda la responsabilidad del vergonzoso pacto realizado en Ponferrada. Todo su empeño fue salvar la cabeza de Rubalcaba, y cuanto más se esforzaba en ello, más mártir se tornaba. Ni cuadraron los tiempos, ni encajaron sus propias palabras, pura contradicción que no consiguió su objetivo: Rubalcaba continúa salpicado por el escándalo.

Óscar López se presentó puntual al atril de Ferraz, dispuesto a exponerse a los medios, a asumir toda la culpa y ha dejarse acribillar por las preguntas de los periodistas. Un auténtico sacrificio para honrar encubrir a su líder, Rubalcaba, cuyo liderazgo ha quedado aún más debilitado tras el pacto con el agresor sexual en el ayuntamiento de Ponferrada.

"Me cegó la posibilidad de sacar a Álvarez de la política". Esta fue su justificación o, al menos, atenuante para haber dado el visto bueno al pacto con Ismael Álvarez, el acosador sexual condenado. Dicho de otro modo, fue su principal objetivo para avanzar con tan deleznable operación. Sin embargo, a la hora de poner al corriente al Rubalcaba, lo consideró un pormenor. De otro modo no se entiende que ayer declarara que "en cuanto Rubalcaba conoció los pormenores del pacto, lo desautorizó". ¿Acaso no era relavante comunicarle al secretario general que la alcaldía sólo se conseguiría si se pactaba con Álvarez?

Difícil de creer que el secretario general no lo supiera, no conociera este "pormenor" que, en realidad, ya era algo público, se había publicado en prensa y se habían producido ya las primeras reacciones populares contrarias. No parece Rubalcaba un tipo desinformado. A ello se suma, además, el hecho de que el nombramiento de Folgueraz como alcalde se produjo por la mañana y Rubalcaba no desautorizó el pacto hasta última hora de la tarde del viernes. Si tan claro lo tenía, si su rectificación no respondió a la presión popular, ¿por qué la demoró tanto?

"Lo lamento. He cometido un error. Me he equivocado", dijo también ayer López, "pero lo importante es que el error ya ha sido rectificado". Vuelve a equivocarse el secretario de Organización si cree que se ha subsanado el error, porque la confianza perdida por parte de su electorado de Ponferrada no ha sido reparada; de hecho, ni siquiera ayer tuvo la decencia de mencionar a la ciudadanía leonesa. La indignación, efectivamente, fue nacional, pero quienes se vieron directamente traicionados, quienes vieron como su nuevo alcalde es un tipo que ya no representa al partido al que votaron, son los ciudadanos de Ponferrada, y eso no se ha reparado. Ni ha habido intención de ello.

Carlos López Riesco (PP), el alcalde depuesto, en amistosa actitud con Victorino Alonso. (D.B.)
Finalmente, surge la pregunta: ¿por qué Ponferrada era tan importante? En la época de Rodríguez Zapatero, leonés de pro, uno lo habría tenido más claro pero ahora que no está... Lo que síguen estando son las explotaciones mineras de un personaje tan poderoso como el capo del carbón en España Victorino Alonso, cuya relación con el ayuntamiento de Ponferrada siempre ha sido muy estrecha y, por estrecha me refiero a manga ancha. A buen entendedor, sobran palabras.
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