Las armas de represión masiva que Fernández Díaz puede traer de su visita a Israel


El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha sido elegido para representar hoy a España en el funeral de Estado de Ariel Sharon, fallecido el pasado sábado a los 85 años. El titular de Interior ha aprovechado el viaje para reunirse tanto con el ministro de Seguridad Pública israelí (Yitzhak Aharonovitch) como con su homólogo Gideon Sa´ar.

El encuentro se produce en un momento en el que Fernández Díaz ha dado muestras de su carácter represor con sendos borradores de la Ley de Seguridad Ciudadana y Seguridad Privada. ¿Ampliará el ministro español su cartera de métodos de represión contra los movimientos ciudadanos? A fin de cuentas, Israel no sólo es el país más militarizado del mundo, sino que lleva años experimentando en los Territorios Ocupados con las técnicas de represión más sofisticadas. A ello se suma, además, el extraordinario incremento de los presupuestos del Gobierno español destinados a material antidisturbio: de los 173.670 euros en 2012, a 3,26 millones en 2013.

Israel se ha convertido en uno de los líderes mundiales de la represión. El propio Sharon era primer ministro cuando se llevó a cabo la matanza de Rafah en 2004 y numerosos estudios revelan cómo Israel ha jugado un papel clave dotando de armamento y entrenando a algunos de los regímenes más represores, desde el régimen del apartheid, al que dotó de cabezas nucleares, a las dictaduras de Pinochet en Chile (1973-1990) o la argentina en los años 70, entre muchas otras.

¿Qué métodos emplea en la actualidad Israel para reprimir las manifestaciones? ¿Podría España importarlos? No sólo podría hacerlo sino que, de hecho, ya los importa tal y como viene denunciando el movimiento de solidaridad con Palestina de Catalunya.


A continuación y con la ayuda de la organización B’Tselem, un pequeño avance de lo que podría estar por venir (además de entrenamiento personalizado de las fuerzas antidisturbios como Israel ya ha hecho para, por ejemplo, los Juegos Olímpicos de Pekín 2008):

Granadas lacrimógenas
Son el método de dispersión más común. El gas lacrimógeno es un irritante químico que afecta gravemente a los ojos, el sistema respiratorio y las membranas mucosas de la nariz y la garganta. Provoca tos y sensación de asfixia y, al tener que cerrar los ojos debido a las lágrimas y el dolor que produce, causa desorientación.

A pesar de que están consideradas no letales, su  exposición intensa puede causar quemaduras y daños en los ojos y el sistema respiratorio, en particular entre los niños, los ancianos y las personas con problemas respiratorios y, en algunos casos, la muerte. De hecho, hay documentados casos de muerte por el impacto de los cartuchos.


En Israel se utiliza la granada 400 deslizante, bautizada así porque cuando se libera el gas por sus seis orificios de salida la granada se deslice por el suelo de una lado para otro, lo que ayuda a dispersar el gas y evita que sea cogida por algún manifestante. Como tantos otros productos de dispersión de masas que emplea Israel, el fabricante es la estadounidense Combined Systems. El otro fabricante de referencia es el israelí Defense Technology.

Vehículo lanzando granadas con VENOM (Oren Ziv/Activestills)
Otras modalidades son el cartucho de aluminio de 40 mm que se lanza desde un lanzagranadas y tiene un alcance de hasta 100 metros, o la  granada 606, conocida como Triple-Chaser porque es una granada de aluminio que contiene tres cartuchos con cargas separadas que, cuando se dispara, se dispersan con una separación aproximada de unos 7 metros. A ello se suma, ademas, el sistema VENOM que se monta en los vehículos para disparar salvas de siete granadas lacrimógenas a una distancia de 100 metros creando nubes de gas que pueden llegar a durar hasta siete minutos.

En esta clasificación de granadas podrían incluir las de aturdimiento, llamadas Mini-Bang, que en lugar de expulsar gas lacrimógeno emiten al estallar un ruido ensordecedor y un destello brillante que deslumbra, permitiendo a las fuerzas de seguridad hacerse con el control de la multitud.

Proyectiles
El uso de las balas de metal cubiertas de goma, capaces de alcanzar una velocidad de 130 metros por segundo se ha ido eliminando, cambiándolas por las pelotas de goma llamadas eXact iMpact. Éstas cuentan con una base de aluminio de unos 3,9 cm (que se queda en el lanzador), conectada a un cuerpo de plástico negro de 40 mm de calibre y 6,3 cm de largo, con un cabezal azul de espuma de 30 gramos. La base de aluminio se queda en el lanzador. De acuerdo con el fabricante, el rango óptimo para disparar estos proyectiles es de 5 a 36 metros, apuntando de cintura para abajo, en nalgas, muslos e, incluso, rodillas para infligir dolor evitando lesiones mortales.


Cañones mofeta
Esta es una de las novedades incorporadas por la represión israelí: al 'tradicional' cañón de agua para dispersas masas, se une el cañón mofeta. Desarrollado por la compañía Ordotec en colaboración con la policía israelí, es un cañón que dispara a presión un líquido maloliente compuesto por agua, levadura y bicarbonato de sodio. Se usó por primera vez en 2008, con un alcance de entre 30 y 40 metros, y produce dolor y enrojocimiento en los ojos y dolor abdominal si se ingiere.


Armas sónicas
El último de los avances en técnicas de represión son las armas sónicas. Al bautizado como The Scream (Alarido) en 2005,que venía a ser un dispositivo acústico de largo alcance cuyas ondas podían orientarse produciendo dolor en los oídos no protegidos, se han unidos dos nuevos ingenios. Por un lado, el Thunder Generator, producido por la israelí PDT Agro que en su página web lo vende igual para dispersar bandadas de pájaros que revueltas. Se trata de un arma sónica portátil que, tal y como describe el fabricante, produce una "aparente sensación de ser disparado por un cañón real" producto de "la combinación de las llamas que salen del cañón, la acústica y sus ondas de shock".

Thunder Generator (PDT Agro)
Y es que se basa en la 'detonación pulsada', es decir, usa el gas de un cilindro de petróleo líquido doméstico que se mezcla con aire y luego se detona, produciendo una serie de explosiones de alta intensidad. Su alcance efectivo es de hasta 50 metros y, aunque el Ministerio de Defensa israelí lo ha autorizado para el control de multitudes, el fabricante advierten que en un radio de 10 metros puede causar un daño permanente o incluso la muerte.

La segunda de las novedades sónicas es MEDUSA (Mob Excess Deterrent Using Silent Audio), que explota el efecto de audio de microondas, llegando a producir una onda de coche dentro del cráneo, provocando no sólo incomodidad sino incapacitación. En algunos casos, podría causar un ligero daño cerebral por la onda de choque de alta intensidad creada por el pulso de la microonda.  
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