Hoy se da luz verde a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y
ello, unido a la polémica del descontrol que hay de las dietas de sus
señorías parlamentarias, me ha dado pie para confrontar algunos datos. A
decir verdad, no puedo decir que me sorprendiera que el presidente de
la Cámara Baja, Jesús Posada, se negara a controlar los gastos de los diputados: a fin de cuentas, parte de su sueldo anual de 192.000 euros viene por pluses de representación de 3.328 euros mensuales
.
¡Ay, la vida austera de nuestros diputados!, que además de disponer de un sueldo mensual de 2.814 euros al mes, más dietas varias (incluidos 3.000 euros anuales en taxis o barra libre de vuelos Business
sin justificar gracias a un acuerdo con Iberia), tienen incluido su
iPad, su iPhone, su ADSL en casa... Tampoco choca que el portavoz
popular, Alfonso Alonso, rechazara el control alegando que "esto no es un colegio y los diputados ya son mayorcitos"; él lo es y mucho para saber cómo gastar los 1.741 euros que recibe al mes como gastos de representación.
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