La asignatura de Programación, a medio gas tras dos trimestres de curso


Al inicio del curso 2014/2015, Madrid se convertía en la Comunidad Autónoma pionera en introducir en el currículo escolar la asignatura de Programación. Como primera experiencia piloto, la nueva asignatura arrancaba en 15 Institutos de Innovación Tecnológica de la región. El Instituto de Educación Secundaria (IES) Príncipe Felipe es uno de estos centros seleccionados en los que los tres profesores de Tecnología con que cuenta sacan adelante la asignatura, aunque no sin mucho esfuerzo.

La primera de las pruebas a las que tuvieron que someterse los profesores fue decidir si la nueva asignatura se impartía de manera independiente o dentro de la existente de Informática. Desde la Consejería de Educación no se fijó un criterio común, de manera que en la misma región hay centros que optaron por crear una nueva asignatura y otros incluir contenidos en la que ya había.

Eduardo de las Heras, profesor de Tecnología en el IES Príncipe Felipe, explica que “nosotros optamos por la segunda opción, porque vimos que en realidad, buena parte de lo que se anunció como una gran novedad en la asignatura de Programación llevamos enseñándolo desde el año 2003, por lo que iban a producirse muchos solapamientos”.

En realidad, “lo que de verdad es novedoso en la asignatura que han bautizado como ‘Tecnología, Programación y Robótica’ básicamente es la parte de Arduino [plataforma de hardware libre] y Scratch [software libre de programación de bloques], nada más”, afirma el profesor que añade que “el resto, incluida la parte de creación de páginas web o robótica, llevamos impartiéndola en Tecnología los últimos 13 años”.

Escaso diálogo con la Consejería

La falta de entendimiento entre la Consejería de Educación y el cuerpo docente parece encontrarse en el origen de muchas de las dificultades con las que se topan los profesores a la hora de impartir Programación. Así, si bien es verdad que De las Heras admite que “la Consejería nos envió información sobre los contenidos y criterios de evaluación de la asignatura”, no es menos cierto que ésta no parece responder a las directrices que desde la asociación de profesores de Tecnología se dieron en algunas de las reuniones previas que mantuvieron con la Consejería.

“Por la redacción de los contenidos, da la sensación de que ha sido preparado más por profesores universitarios que por docentes que traten con chicos de Secundaria”, sostiene De las Heras. “Hablar de ‘uso responsable del almacenamiento de datos de acuerdo a la legislación’, de ‘redes de área extensa’ o de la ‘Ley de Servicios de la Sociedad de Información’ no parece el mejor lenguaje para chicos de 12 años”.


A esta dificultad en adaptar el contenido y los criterios de evaluación al día a día de las aulas se suma, además, la reducción de una hora semanal de la asignatura. Según precisa el profesor, “antes se impartían tres horas semanales en 1º y en 3º de la ESO, quedando 2º sin asignatura. Con el cambio, que contempla dos horas semanales por cada uno de los tres cursos, argumentan que se mantiene el número de horas en el cómputo global pero a la hora de la verdad tienes que imprimir un ritmo demasiado fuerte en la asignatura si quieres cubrir temario”. A ello se suma como resultado, además, un “peor conocimiento y atención a los alumnos puesto que su número por profesor aumenta un 50% al tener más grupos que impartir”, añade.

La propuesta de los profesores, que cayó en saco roto, pasaba por mantener las tres horas semanales pero retrasar el inicio de Tecnología a 2º de la ESO, que es “cuando la madurez del alumno permite sacar más partido a la programación”, apunta. Del mismo modo, De las Heras lamenta que “en lugar de haber dejado como optativa la asignatura de Tecnología en la rama académica de 4º de la ESO, directamente la han eliminado, lo que no vendrá nada bien a quienes en el futuro quieran cursar alguna ingeniería, por ejemplo”

Ni rastro de impresoras 3D

El anuncio realizado el año pasado por el presidente de la Comunidad, Ignacio González, venía acompañado de una partida presupuestaria de apoyo a la asignatura de 16 millones de euros para los próximos cuatro años. Una partida, según apuntaban desde la Consejería de Educación, que serviría para “actualizar los equipamientos de los centros educativos con tecnología de última generación, como impresoras 3D, kits de robótica o simuladores”. La realidad hasta ahora, sin embargo, ha sido bien distinta.

Eduardo de las Heras, profesor de Tecnología en el IES Príncipe Felipe, explica que lo único que nos han enviado son 16 kits de Arduino, con el manual en inglés y un conjunto de componentes electrónicos para la placa. Un material que se queda corto considerando que el centro cuenta, sólo en 4º de la ESO, con tres grupos de unos 30 alumnos cada uno.

“Ponemos a trabajar a los alumnos por parejas, lo que tampoco está mal porque se ayudan unos a otros, aunque sigue siendo complicado compartir el material entre los tres grupos”, explica De las Heras. A fin de cuentas, lo interesante de trabajar con Arduino es montar pequeños ingenios aprovechando el microcontrolador que incluye, lo que no es posible realizar en una sola clase antes de que la placa pase al siguiente grupo.

La asignatura de Tecnología, en peligro

Los problemas que salen a la luz con el arranque del inicio de la asignatura de Programación parecen ser sólo la punta del iceberg. De las Heras denuncia que “llevamos años siendo atacados por la Administración, en especial cuando quien gobierna es el Partido Popular”. Desde su punto de vista, entre los principales motivos de lo que él considera un ataque se encontraría, por un lado, “un tema meramente económico, porque nuestra asignatura requiere más inversión para equipamiento que otras como Lengua o Matemáticas. Su eliminación es un ahorro para la Administración”.

Asimismo, De las Heras destaca que “el intento de equiparación con la concertada es otro de los motivos por los que parecen querer acabar con la asignatura de Tecnología”. El profesor explica que la preparación de los docentes de Tecnología en la educación pública suele ser muy superior a la de la concertada; yo soy Ingeniero Técnico Industrial y Graduado en Ingeniería Electrónica y Automatismos, por ejemplo. En la concertada sí que pueden tener problemas para impartir Programación, pero no en la pública”.

De ahí que el contenido del programa Code Madrid, esto es, los cursos de formación al profesorado externalizados a Telefónica (sin cargo al erario público, según la Consejería) le parecieran “algo básicos, aunque útiles para comenzar a trabajar con los alumnos”.

Madrid, a la cola de inversión en Educación

Afortunadamente para el IES Príncipe Felipe, éste es el único obstáculo a nivel de equipamiento con el que se ha encontrado hasta ahora. Al tratarse de un Instituto Tecnológico, el profesor cuenta que “tenemos varias aulas con hasta 30 ordenadores cada una”, mayoritariamente corriendo sistema operativo Microsoft Windows. Una suerte que en la actualidad no corren la mayoría de los centros de la Comunidad, que según las últimas cifras oficiales que maneja el Ministerio de Educación se encuentra a la cola en cuanto a equipamiento tecnológico en los centros docentes. Si en Comunidades como Extremadura, País Vasco o Andalucía la media de alumnos por ordenador no llega a 2, en Madrid roza a 6 alumnos por ordenador.


A fin de cuentas y según datos de la cartera que lidera José Ignacio Wert, Madrid continúa siendo la región que menos invierte en Educación por alumno en la enseñanza no universitaria: Apenas 5.000 euros frente a más del doble en el País Vasco, que se encuentra a la cabeza, y 1.000 euros menos que la media nacional.

Por otro lado, el compromiso de Ignacio González el año pasado pasaba por que en septiembre de 2015 el 100% de los centros docentes tuvieran acceso a Internet a 100 Mb, algo que De las Heras considera utópico “por problemas presupuestarios y de infraestructura, especialmente en las zonas más rurales”. Sin embargo, hace unas semanas el Gobierno anunciaba un convenio marco entre los ministerios de Industria, Energía y Turismo; de Educación, Cultura y Deporte; y de Economía y Competitividad para llevar la banda ancha ultrarrápida a los más de 16.500 centros docentes no universitarios de toda España.

Apoyando esa iniciativa de 330 millones de euros se encontraban la cofinanciación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y la incorporación de los centros a la RedIRIS, la red académica y de investigación española que proporciona servicios avanzados de comunicaciones a la comunidad científica y universitaria. Según la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, a cinco meses del vencimiento del plazo que se fijó González, el 80% de los centros de Madrid estarían ya disfrutando de los 100 Mb de acceso a Internet.

(Publicado en Público, Abril 2015)

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