Venezuela, la crisis humanitaria con menos datos

Manifestación en Venezuela. EFE
En 2014, el Centro de Datos Humanitarios de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) en La Haya lanzaba su plataforma de Intercambio de Datos Humanitarios (HDX, por sus siglas en inglés). Esta plataforma se nutre de las aportaciones de más de 1.200 fuentes y ha sido accedida por más de 600.000 usuarios. Seis años después de su creación, desde OCHA han querido dar un paso atrás y ver la calidad y cantidad de los datos que manejan en crisis humanitarias. A fin de cuentas, en 2020 casi 168 millones de personas requieren ayuda humanitaria; se trata de la cifra más alta en décadas.

Tal y como se detalla en el informe que acaba de publicar la organización, los datos no son un fin en sí mismos, sino un ingrediente esencial para realizar los análisis que necesarios para la toma de decisiones. Y en plena era del big data (procesamiento masivo de datos), saber cuántos datos tenemos a nuestra disposición para convertirlos en información es crucial.

Pues bien, si HDX contaba en 2014 con cerca de 800 conjuntos de datos, en los últimos cinco años la cifra se ha disparado casi 17.500. En mayo del año pasado, HDX lanzó una nueva funcionalidad llamada Data Grid, con la que simplificaba la búsqueda de datos de crisis filtrándolos por categorías como personas afectadas; coordinación y contexto; seguridad alimentaria y nutrición; geografía e infraestructura; salud y educación; y población y socioeconomía. Cada una de estas clasificaciones tendría, a su vez, múltiples subcategorías.

Del análisis de todos estos datos, HDX concluye que de las principales crisis humanitarias repartidas por el mundo, que cifra en 14, únicamente cuenta con información completa en un 54% del total, en un 24% dispone de datos relevantes pero incompletos y en un 22% de los casos no existen datos. En este punto, no obstante, es importante puntualizar no todos los datos humanitarios se pueden compartir abiertamente; es el caso de datos de ubicación de las personas afectadas o en riesgo, por ejemplo. Para casos como éstos se cuenta con HDX Connect, una funcionalidad que garantiza la protección de los datos contra el mal uso, al tiempo elimina duplicaciones y mejora la transparencia.



En términos generales, donde falta más información es en los capítulos de salud y educación, con un 21%, careciendo de datos, por ejemplo, de escuelas afectadas. En cambio, las que se han nutrido con más datos son las referidas al número de personas afectadas (71%) o la geografía e infraestructura, que aunque sólo dispone de un 45% de completos, el resto los tiene parcialmente, sin que existan subcategorías sin ningún dato.

En el informe adjunto pueden consultarse los datos de Afganistán, Bangladesh, República Centroafricana, Chad, Colombia, República Democrática del Congo, Mozambique, Myanmar, Filipinas, Somalia, Palestina, Sudán, Yemen y Venezuela. Si descendemos a ese nivel de país, podemos comprobar que la precisión de datos se mueve a muy diferentes velocidades. Mientras Afganistán y la República Centroafricana disponen del mayor número de datos completos con un 63%, Venezuela es el país que cuenta con menos información, con un 33%. En este último caso, además, se trata del país que registra de una mayor tasa de ausencia de datos, con un 41%.


 El caso de Venezuela es especialmente relevante, considerando que la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) carece en un 75% de datos de seguridad alimentaria y nutrición en el país. En materia de Sanidad y Educación, ni siquiera cuenta con datos completos. No deja de ser paradójico que, precisamente de una de las crisis en las que más ríos de tinta han corrido y más se han pronunciado determinados partidos políticos, sea de la que menos información humanitaria se dispone.
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